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La cola del casting de «Operación Triunfo» - Helena de la Casa Huertas

«OT», en busca del nuevo Bisbal

Dos mil personas aguantaron a pleno sol en Madrid en la última oportunidad de convertirse en «triunfito»

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Un simple número puede cambiar la vida a una de las aspirantes del último casting de «Operación Triunfo», que se celebró ayer en Madrid. La pegatina con el 1.735 significaba para la estudiante madrileña Bárbara Molina el pase a la siguiente fase del histórico reality show. Gisela, exconcursante de «OT» en TVE, le dio el premio. Al otro lado de las vallas, a pleno sol, esperaba su amiga. Ambas se fundieron en abrazo. «Arráncame», de Vanesa Martín, y una composición propia le valieron para demostrar su talento. Fue una de las elegidas en las pruebas a capela realizadas en la Escuela Superior de Ingeniería Agronómica de la Universidad Politécnica. Las colas rodeaban el edificio desde antes de las 10 de la mañana.

Unas 2.000 personas acudieron a la cita. Dos filas, una para los aspirantes y otra para sus familiares, componían una pintoresca escena.

Las horas de espera ocasionaron que muchos se hiciesen amigos o que improvisaran canciones para hacer más amena la mañana. Farah Ahmed y Juanjo Blanco parecían conocerse de toda la vida. Por el proceso ya han pasado más de 6.000 personas de nueve provincias. Madrid era la última oportunidad para convertirse en «triunfito».

Los asistentes venían de todas partes de España. De hecho, algunos ya eran conocidos por el equipo de casting por otros concursos o por probar suerte de nuevo en este. «Nosotros no buscamos, encontramos», sostiene Noemí Galera, directora del casting y de la academia. «Queremos gente que cante bien, que tenga personalidad y que enamore a todos», explica. Pero todo cuenta: «El casting comienza en la cola, es importante cómo se acercan al micrófono, cómo nos miran y el repertorio que escogen».

Un candidato de 66 años

El sueño de convertirse en alguien dentro de la industria no tiene edad. Ángel Izquierdo, de 66 años, esperó su turno rodeado de jóvenes inquietos. Algunos se sorprendían con su presencia. Viajó desde Toledo y era la primera vez que se atrevía a presentarse. No fue escogido. «Al menos hemos pasado el rato», repetía una y otra vez.

De las 1.600 personas que se presentaron en Barcelona, 80 pasaron a la segunda fase; en Mallorca fueron seleccionadas 18 de 288; de las 1.300 de Valencia quedan 41... Galera señala que ya hay aspirantes que les han robado «un trocito del corazón».

Las exconcursantes Gisela, Soraya, Mireia y Nuria Fergó acudieron para ayudar. Se entremezclaron con los aspirantes para darles consejos y animar. «Hace 16 años era yo quien hacia el casting», comenta Mireia. Por eso intenta que Galera les dé más oportunidades. A ella le enamoró un joven que cantó una canción flamenca. «Me ha puesto los pelos de punta», confiesa Mireia.

Todas rememoraron con nostalgia lo vivido años atrás. «Recordarlo es emocionante. Aquel día fue de inconsciencia total», afirma Gisela. «Estoy reviviendo mi paso por los casting, sin quererlo estoy de aniversario», añade Soraya. Su consejo a los aspirantes era «cuidarse la voz y no hacer locuras en la cola para demostrar el potencial».

Sillas portátiles, paraguas o el agua de los aspersores ayudaron a combatir el calor. En Madrid terminan estos días las fases 1 y 2. Luego se revisarán las pruebas de los seleccionados y solo pasarán a la tercera fase entre 80 y 100 aspirantes. Todo, por un sueño.

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