Fotograma de la serie «Twin Peaks» en el año 1990
Fotograma de la serie «Twin Peaks» en el año 1990 - ABC

«Si se pierde 'Twin Peaks', no sabrá de qué hablar». Así narró ABC la llegada del fenómeno televisivo en 1990

El diario acogió su estreno como el prometedor primer paso de David Lynch para la televisión

Madrid Actualizado: Guardar
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«El fenónemo Twin Peaks» revolucionó el universo de las ficciones televisivas consiguiendo que la pregunta más repetida durante aquellos meses de 1990 fuese «¿quién mató a Laura Palmer?». Todo el mundo quería descubrir al asesino de una chica buena de aspecto angelical a la que la familia, amigos y conocidos adoraban. El fenómeno se extendió rápido.

Mark Frost y David Lynch arriesgaron creando una serie de culto ganadora de tres Globos de Oro en una época en la que no era frecuente que los directores de cine se asomasen a la televisión. Una ficción que fue un incomprendido soplo de aire fresco y que influyó en otras como «Los Soprano» o «The Wire».

Un cuarto de siglo después, el regreso de «Twin Peaks»

, de ese surrealista y onírico universo creado por Frost y Lynch que revolucionó la cultura popular de los noventa, difícilmente igualará el fenómeno que supuso en su época.

ABC recibió su estreno como el prometedor primer paso de David Lynch para la televisión y el mayor éxito televisivo americano en aquellos años. «Se trata de un producto valiente y moderno, con visos de permanecer en la memoria de los próximos años y con vistas a colocar la serie como el primer fenómeno audiovisual de la nueva década». Así se la definía por primera vez en el periódico cuando, además, se presentaba su programación en Telecinco.

Para Valerio Lazarov, entonces director general de la cadena de Mediaset, el éxito de «Twin Peaks» se debía, en gran parte, a que se daban «dos matrimonios felices: el de la calidad artística y el interés comercial, muy difícil de conseguir en televisión; y el de la crítica y el público, que han unido sus gustos en esta serie». Al mismo tiempo, alabaron que la ficción reuniera ingredientes como la pasión, la codicia, los celos y la intriga, junto a la experiencia cinematográfica y sello personal de Lynch.

De entrada, para ABC fue imprescindible dar a conocer que «Twin Peaks» se conjugó a través de una serie de elementos perfectamente estudiados para constituir un factor de éxito seguro. «Lo importante es la inquietud que nos produce el crimen, primero, y el relato, la investigación, después». Desmenuzando sus señas de identidad, llegaban a la clave de su éxito: «Por su calidad e interés que despierta», se escribía en esas fechas.

Los creadores supieron entender la demanda del público, al que engancharon con el señuelo «¿Quién mató a Laura Palmer?», para desarrollar posteriormente un entramado de pasiones, tensiones y negocios sucios que subyacían entre los habitantes de la pacífica villa canadiense. «Se ha cuidado mucho hasta el último detalle en todos los sentidos: música, guiones, vestuario y exteriores». Así se describía a esta revolucionaria ficción en otra crónica del periódico.

Pero esa verdadera revolución, ABC la expresó bajo estas palabras: «El mayor éxito televisivo de los últimos años. La fiebre de «Peaks» es fiebre joven. Los chicos del instituto corren a casa para verla, para verse, y luego comentan en clase por las mañanas tal vez los mismos sueños». De hecho, así lo proponían en los anuncios de la serie en el periódico.

La oscura vida de la malograda Laura Palmer, el doble juego de Josie Packard, la díscola y malévola Audrey Horne o el desconcertante Leland Palmer, fueron capaces de dejar en un mar de dudas al espectador, impulsando su audiencia hasta niveles inimaginables. De hecho, ostentó el récord de share en su momento, consiguiendo que 2.668.000 personas vieran el primer capítulo del trabajo televisivo de Lynch.

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