Juan Diego Botto: «Los protagonistas son alcohólicos, drogadictos y asesinos... pero los vas a querer»

TNT estrena este martes (22.30) la producción americana «Buena conducta», con el hispano argentino como estrella

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Ella, Letty Dobesh (Michelle Dockery), es una ladrona que acaba de salir de la cárcel y tiene problemas con el alcohol y las drogas. Además, es incapaz de recuperar a su hijo, que vive con su madre, a la que no habla. Él, Javier Pereira (Juan Diego Botto), es un asesino a sueldo que no siente el más mínimo remordimiento por ganarse la vida quitándosela a los demás. Ellos son los protagonistas de «Buena conducta», la nueva serie americana de TNT con protagonista español, que llegará al canal mañana (22.30 horas).

«Realmente, quitando que mata a gente por dinero, él es un buen tipo. En lo demás es respetuoso con las leyes y las convicciones, no es un psicópata», afirma el hispano-argentino, principiante en televisión. «Son alcohólicos, drogadictos, asesinos... Pero son tus protagonistas y los vas a querer. "Buena conducta" habla sobre personajes que intentan encajar en la vida de la gente corriente, lo que pasa es que no están hechos para la normalidad» , añade Botto.

La ficción, «una historia de amor retorcida» según su protagonista, entra en una espiral de asesinatos, caos, amor y pasión en cuanto ambos se cruzan. «A lo largo de los diez primeros capítulos de esta temporada seguimos su trayectoria. Ellos son personajes descastados, sin un lugar en el mundo, que cuando se encuentran con alguien que les ha visto como son se dan cuenta de que pueden construir una especie de relación en la que se van a quererse, odiarse, despreciarse y necesitarse. La serie no se centra tanto en los asesinatos que él pueda cometer, sino en las consecuencias que tiene en su relación», explica Botto, encantado con compartir protagonismo con Dockery («Downton Abbey»), una compañera con la que se deshace en halagos.

Esta primera incursión de Botto en la pequeña pantalla empezó, como todos los procesos de casting, con la lectura de un guión que le llegó de sus agentes en Estados Unidos. «Buscaban gente en todo el mundo, hice una prueba, luego mandé una grabada en vídeo y me llamaron a las dos semanas. Firmé un precontrato, fui a Los Ángeles y me enfrenté a un test de química con Michelle. Salió muy bien, aunque había casi 25 personas en la prueba, 20 del canal... Presión y más presión», bromea el intérprete. «Después hice una prueba más en Londres con la directora y esa misma tarde me dijeron que estaba dentro», recuerda.

Botto nunca ha estado cerrado al medio, pero hasta ahora no había dado con el proyecto adecuado en el momento adecuado.Y la experiencia ha sido muy buena, aunque reconoce que tuvo que cambiar su forma de trabajo. A diferencia de lo que ocurre en el cine, en la televisión no se sabe cuál será el final del personaje basado en las novelas de Blake Crouch («Wayward Pines»). «Aún así los creadores siempre estaban en el set y podías consultarles tus dudas. Siempre escuchaban tus propuestas, aunque no aceptaban todas. Si no imagínate, qué vértigo», plantea.

Cuestión de acentos

Javier Pereira es un personaje latino en una superproducción norteamericana, aunque fue Botto el que tuvo que terminar de darle ese toque sudamericano. «El piloto lo rodé con partes en español con acento de Madrid. Entonces, los productores se inventaron una trama que tenía que ver con Argentina, y querían seguir usando el mismo primer capítulo. Tuve que insistir en que había que repetirlo porque había muchísima diferencia, a ellos eso les sorprendía», plantea el actor, argentino de nacimiento, que tras varias décadas en España en ocasiones tuvo que forzar el tonillo argentino y otras características de la hispanidad del personaje.

«Con el inglés no he tenido ningún problema, no soy bilingüe pero casi. Eso sí, a la hora de aprenderme los guiones tenía que traducirlo para descubrir cómo resonaban en mí como actor esas palabras o sentimientos», concluye.

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