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Vídeo: Así es «El infiltrado».

«El infiltrado»: aroma del cine clásico de espías y la pegada de James Bond

Entre el reparto de la triunfadora en el apartado de series de los Globos de Oro 2017 se encuentran Antonio de la Torre, Marta Torné y Hovik Keuchkerian

Madrid Actualizado: Guardar
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Tom Hiddleston ha pasado de ser un semidesconocido a postularse como próximo James Bond. También a imponerse a John Turturro en los Globos de Oro. Casi nada. Bajo la dirección de Susane Bier, la oscarizada directora danesa de Un mundo mejor, acapara protagonismo en la adaptación de «El infiltrado», triste traducción en español, heredada de la novela, «The night manager», una muestra más del talento de John le Carré para tejer y destejer redes de espionaje. Y en el papel de «peor hombre del mundo», Hugh Laurie —ganador del Globo de Oro a mejor actor de reparto—, otro actor de minorías hasta que se cruzó el doctor House en su camino.

«El infiltrado» sabe, y esto no es fácil, leer la novela cuando toca y saltarse páginas enteras si la prosa narra lo intangible. Así describe el escritor británico a su protagonista: «Jonathan Pine, hijo único y huérfano de una belleza alemana devastada por el cáncer y de un sargento de infantería inglés muerto en una de las muchas guerras poscoloniales de su país, graduado en un lluvioso archipiélago de orfanatos, casas de crianza, madrastras, unidades de cadetes y campos de instrucción, en cierta época lobezno del ejército en una unidad especial en la aún más lluviosa Irlanda del Norte, abastecedor, chef, hotelero itinerante, eterno huido de embrollos emocionales, voluntario, coleccionista de idiomas de otras gentes, criatura noctámbula exiliada por voluntad propia y marino sin rumbo». Se precisan varias páginas de guión o un pobre diálogo explicativo (por no hablar de la casi siempre reprobable voz en off) para extender en pantalla las rugosidades de esta única frase, una especie de plano secuencia del alma.

El guión opta por captar la esencia y volar con sus propias alas. Mil imágenes no pueden competir con cuatro adjetivos del maestro en el que fue su primer libro ambientado después de la Guerra Fría, pero al revés la comparación no es más justa. Reflejar la poderosa suavidad de Hiddleston, la maldad inteligente de Laurie y la palpable perversidad de Tom Hollander (los tres intérpretes, por cierto, estudiaron en «The Dragon», la misma escuela preuniversitaria de Oxford) a la cámara le cuesta un parpadeo y al viejo escritor le llevaría varias páginas. La serie acierta incluso cuando actualiza la época, de la guerra del Golfo a la primavera árabe, o altera el sexo de un personaje, sobre to do porque eso permite contar con Olivia Colman —mejor actriz de reparto en los Globos de Oro—, que ya rayaba la excelencia en Broadchurch.

No sorprende descubrir que hubo varios intentos anteriores de llevar «El infiltrado» al cine. Ni siquiera Sydney Pollack y Brad Pitt se libraron del fracaso ante la imposibilidad de resumir tantas palabras, demasiadas imprescindibles, lo que sí lograron con dignidad las películas «El espía que surgió del frío», «El jardinero fiel» y «El sastre de Panamá».

Con constantes cambios de localización, de El Cairo a los Alpes suizos, de Londres a Madrid o Mallorca, la trama avanza en línea siempre torva, pero legible, con los imprescindibles cliffhangers, finales de capítulo que agarran al espectador por las solapas y lo dejan colgado bien alto, para que sea incapaz de apearse mientras espera el próximo tren. Se combina la astucia del guionista David Farr (autor de «Hanna» y de «Doble identidad», otra mítica serie de espías) con el sabio beneplácito del propio Le Carré, que a los 84 años sigue teniendo la vista necesaria para enhebrar agujas.

«El infiltrado» es una coproducción internacional entre la BBC y AMC, con incrustaciones españolas. Además de los paisajes, tienen sus papeles Antonio de la Torre, Marta Torné y Hovik Keuchkerian (impresionante su presencia), una mezcla de armenio, libanés y madrileño que fue doble campeón español de boxeo antes de prestar su pegada a las cámaras, recitar monólogos cómicos y escribir cuatro libros. Un consejo: yo intentaría quedarme con su cara, para seguir su carrera y para evitar cualquier pelea.

Reparto cosmopolita

Las mujeres de la miniserie completan el aire cosmopolita. Elizabeth Debicki es una francesa de padre polaco y madre australiana, con orígenes irlandeses. La portuguesa Aure Atika (alguno la recordará de la hermosa película De latir mi corazón se ha parado), llena la pantalla de exotismo y enciende la mecha. Y no nos olvidemos del salmantino Víctor Reyes, uno de nuestros músicos más activos en el difícil arte de componer bandas sonoras.

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