Cuando los bares son un protagonista más de la trama
TVE rueda «El Continental», una serie ambientada en un club clandestino que se suma a la larga lista de tabernas emblemáticas de la ficción española
Ocho años antes de que la pandilla de «Friends» se riera de la vida en sus ya míticas reuniones en los sofás del neoyorquino Central Perk, Gabinete Caligari anticipó en el estribillo de una de sus canciones todo lo bueno que sale de las cantinas: «Los bares, qué lugares. Tan gratos para conversar. No hay como el calor del amor en un bar». Aunque más desapercibidos que los protagonistas, son muchos los bares que han servido de telón de fondo para tramas de multitud de ficciones a lo largo de la historia de las series de televisión. Decisivos, como en «Cheers», «Los Serrano» o «Al salir de clase», para entender -y conocer- mucho mejor a los personajes principales.
Allí, en esas icónicas tabernas o cafeterías, los protagonistas se relajan y hasta parecen más humanos. Mientras Homer Simpson, apoyado en la barra del bar de Moe, ahoga sus penas en una cerveza, el Mauricio dirige una sarta de órdenes a su inseparable Machu Pichu en el bar Reinols de «Aída». Animados o de carne y hueso, de los ochenta a la actualidad, los protagonistas siempre encuentran en la barra de un bar un lugar para desconectar de sus otras rutinas. La lista de lugares para el recuerdo es tan extensa como ficciones existen, desde el Casi ke no de «7 vidas» al Martini Bar en el que Ally McBeal se reunía con sus compañeros de bufete y donde Vonda Shepard cantaba los pensamientos de esa abogada interpretada por Calista Flockhart.
Sin embargo, durante un tiempo las tramas cambiaron el bar por la cocina. «Hay más gente aquí que en la cocina de “Médico de familia”», empezó a decirse por España. Una frase que podría hacerse extensible a esos desayunos de «Los Serrano», donde lo mismo iba la abuela como lo hacía la profesora. Finalizadas ya estas series nacionales, después de años fuera de antena, parece haberse retomado la tendencia de volver al bar.
Al menos de vez en cuando… aunque haya que remontarse un poco en el tiempo. Viajando a principios del pasado siglo está La deliciosa, el local más concurrido de «Acacias 38», que empezó siendo una chocolatería en la que entre churros, suizos, roscos de anís y bartolillos los vecinos cotilleaban sobre los últimos acontecimientos que ocurrían en la calle que da título a esta serie de las tardes de La 1. Como decía don Hilarión, «los tiempos adelantan que es una barbaridad», y ahora hasta hay teléfono público en dicho establecimiento y se sirve café expreso, se hacen ágapes y tertulias e incluso los caballeros se pueden tomar una copita de coñac o de champán francés (este último de contrabando). Con caja registradora y carteles de los espectáculos de la época aparece la Posada de Mari, el local de comidas de «El secreto de Puente Viejo» que emite Antena 3.
En esa misma cadena disfrutan los personajes de «Amar es para siempre» -«Amar en tiempos revueltos» antes del cambio de canal- de El Asturiano, todo un veterano en las tardes televisivas, testigo de todos los cambios que el decorado de la Plaza de los Frutos ha experimentado con el paso de los años.
Sin mirar constantemente al otro lado del charco pero con sus ficciones siempre como referente instantáneo, también los médicos españoles desahogan sus penas fuera de la consulta. Si Meredith y compañía, los médicos de la sempiterna «Anatomía de Grey», hacen piña acudiendo al Emerald City Bar, los personajes de la serie española «Allí abajo», producida por Plano a Plano, hacen de las suyas no en uno, sino en dos locales. El Kaia, ubicado en la ficción junto al puerto pesquero donostiarra, es donde el protagonista, Iñaki (Jon Plazaola), se reúne con su cuadrilla de toda la vida. A consecuencia del gran éxito de audiencias de la serie, muchos turistas preguntan por el local que, en realidad, como tantos otros decorados de las ficciones televisivas, no existe más allá de la fachada y se graba en los platós de Sevilla.
«Centro Médico», el docudrama sanitario producido por Zebra Producciones para TVE y que se emite en las tardes de La 1, ha optado por utilizar una cafetería auténtica. ¿El motivo? La serie está ambientada y rodada en las instalaciones de una clínica real, la madrileña Nuevo Parque, que dejó de prestar servicios médicos en el año 2000, tras haber estado en funcionamiento durante treinta años. Aparte, las tramas de esta serie también se desarrollan sin la bata en el pub El ventanuco, donde los protagonistas muestran su lado más humano.
Y entre taberneros de toda la vida, amigos y médicos no podían faltar los policías que prestan sus servicios en «Servir y proteger», la ficción de sobremesa del primer canal de la cadena pública. Ellos también descansan. En este caso lo hacen en La Parra, un local regentado por la siempre amable María (interpretada por la actriz Pepa Aniorte), que saca adelante el local con la inestimable ayuda de Pati.
Dos platós. Más de 2.700 metros cuadrados construidos. Once espacios fijos entre los que se encuentra este típico bar de barrio. Por muy natural que parezca gracias a la realista representación, la recreación de estos escenarios lleva consigo más trabajo del que se puede apreciar a simple vista.
«Construirlo no fue sencillo. Fue difícil llegar hasta él, porque nos pidieron un bar de barrio, pero yo no quería un bar de barrio más, sino el bar de nuestro barrio», cuenta su decoradora. La especialista Puri Adorna es la diseñadora de este entorno, la responsable de que no falten tortillas de patata, bocadillos de lomo de orza e incluso comida vegetariana y vegana.
Situado en la plaza que además da nombre al local, El Parra es lugar de tránsito de los agentes de la cercana comisaría, los vecinos de distrito Sur en la que está ambientada esta serie y también de los problemas amorosos de María, una de sus protagonistas. Es uno de los espacios emblemáticos de la serie, donde se desarrollan algunas de las tramas más importantes.
Próximamente, espera incorporarse a esta especial guía de bares de series de televisión «El Continental», que da título a la ficción que en estos momentos rueda Televisión Española y que se presenta como una de las novedades para la temporada que está por llegar. Creada por Frank Ariza, la historia se ambienta en un club clandestino de los años 20, entre música de jazz, apuestas, prestamistas, copas y trapicheos de alta y baja estopa.
