Los actores Julián González (César en la serie), Eva Santolaria (Valle Bermejo) y Antonio Hortelano (Quimi) en 1999
Los actores Julián González (César en la serie), Eva Santolaria (Valle Bermejo) y Antonio Hortelano (Quimi) en 1999

«Compañeros», la serie que marcó a una generación

La historia de amor de Quimi y Valle en el Colegio Azcona fue seguida por cuatro millones de personas

ABC Play inicia este fin de semana un recorrido por las series recientes de nuestra televisión que nos marcaron

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Hubo un tiempo en España donde los adolescentes, al salir de clase, pasaban las tardes pegados a la televisión. Un periodo breve en la historia, como de transición, que abarca desde aquella época en la que todavía se jugaba en la calle y la llegada del ADSL a los hogares. Era finales de los noventa y los primeros años 2000: en las grandes ciudades ya no se podía corretear por las calles y en las casas el entretenimiento se repartía entre una videoconsola de jugabilidad limitada, un módem de 56 kbps, un móvil para enviar sms y jugar al «snake» o la televisión. En apenas unos años, entre 1997 y 2002, una generación de adolescentes y veinteañeros se hizo adulto viendo series como «Compañeros» o «Al salir de clase».

«No te fallaré», la canción original de «Compañeros», fue un lema que después llegó al cine, a los libros de la serie... Hasta a la «Superpop». Todo fue un gran fenómeno fan que caldeó el ambiente para que después triunfase el gran movimiento de esa época, «Operación Triunfo», que tuvo buena parte de culpa de poner fin a «Compañeros». Durante cuatro años, nueve temporadas (no había descansos) y 121 capítulos, una audiencia media de cuatro millones de personas no se perdían las aventuras de Quimi, Valle, Lolo, Nadia, César o Gus.

Era una ficción más arriesgada, o cercana a la calle, que la actual. Ya fuera por los bajos presupuestos o porque tenía que grabarse a contrarreloj (casi todo entre Alcobendas y San Sebastián de los Reyes), el acabado no era precisamente perfecto. Tampoco la trama, o la profundidad de los personajes. No se trataba más que de un culebrón adolescente, algo lejos de ser considerado de culto. Y sin embargo es un clásico. Un tema recurrente en cualquier reunión de gente que ronda, por arriba o por abajo, la treintena. ¿Quién no siguió con emoción las aventuras de Quimi, el malo más querido de la pequeña pantalla, y Valle, la niña buena que enamoró a todos?

Para todos aquellos que presumen de la ficción actual, del «momento de oro» de las series, de Netflix y de HBO, aquí va una escena que es verdadera historia de la televisión reciente española. La producción de Globomedia quizá no presumía de efectos especiales, ni de un diálogo tremendo; pero la escena es inolvidable para aquellos que la vieron «en directo» desde el salón de su casa, con el módem haciendo ruidos y el cartucho de la Nintendo «secuestrado» por su madre. Si alguien tiene que ir a Google a buscar la referencia a «Alex Crivillé», definitivamente es un «millenial».

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