«El Ministerio del Tiempo»: Prepárate porque vas a llorar

Prepárate. Prepárate porque vas a llorar.

Son muchas las series que apuestan por la pérdida de uno de los protagonistas para «dar vidilla a la trama» (y, de paso, aprovechar para solventar algún que otro problema de agenda). «El Ministerio del Tiempo» se ha sumado a esta larga lista. El inicio del primer capítulo mezcla imágenes de la Batalla de Teruel con las de un entierro. Mientras la patrulla evitaba que Miguel Hernández falleciera durante la Guerra Civil, una bomba aérea cayó sobre uno de los protagonistas. (Aunque dicho personaje ya había anunciado que no estaría en esta nueva temporada, preferimos que atéis vosotros los cabos, por si acaso).

Con este arranque de vértigo, comienza el capítulo titulado «Con el tiempo en los talones», un episodio cargado de suspense y emociones que se transforma en un homenaje a Alfred Hitchcock

. La calidad de los guiones, el buen hacer en la dirección, la pasión por la historia y las ganas de aventura que nos ha enseñado la serie desde el primer capítulo sigue ahí. Sin embargo, el arranque de la tercera temporada viene impregnado de una gran tensión, como la que aparece en las obras de este genio del suspense. Nadie es quién parece ser. Nadie tiene las intenciones que parece tener. Por no hablar del sinfín de guiños que «El Ministerio del Tiempo» hace a las diferentes películas del maestro del suspense. Nuestro preferido lo protagonizará un insoportable Salvador Martí, que sufre la versión «ministérica» de «La ventana indiscreta». ¿Dónde? ¿Por qué? Habrá que esperar para descubrirlo.

Como no hay mal que por bien no venga, aquí está la parte positiva. Tenemos Pacino para rato. El agente, que todavía trabaja para el Ministerio de 1982, tendrá que pedir ayuda en secreto a Amelia y Alonso. Lo que parecía ser una misión rutinaria durante la visita de Kirk Douglas a San Sebastián junto a su novia y compañera Marta, termina siendo algo mucho más grande. Los soviéticos quieren secuestrar a un Alfred Hitchcock interpretado por un conseguido José Luis Egido, aunque su acento deja algo que desear. El director acaba de llegar a la ciudad para el estreno mundial de«Vértigo» durante el Festival de San Sebastián de 1958. ¿Para qué? Para que haga películas para el régimen soviético a cambio de tratar el cáncer de mama de su mujer. «Tendrá a todos los médicos a su disposición», asegura uno de los agentes «enemigos». ¿Qué significaría eso para la historia de España? Podría causar un desastre económico y social ante la próxima llegada a España de Dwight D. Eisenhower, presidente de los Estados Unidos; visita que supuso la apertura internacional de España. «El Ministerio del Tiempo» sigue dándonos clases de historia a través de las peculiares misiones de la patrulla que pasean «como Pedro por su casa».

La otra clave del regreso de «El Ministerio del Tiempo» ha sido la inyección económica tras el acuerdo con Netflix. Es decir, mejoras en la producción y la postproducción y un aumento de secuencias en exterioresasí como una mejora de los efectos especiales, infografías y 3D.