«La casa de papel»: lo mejor y lo peor en un instante

32. Esas son las horas de atraco que llevan los protagonistas de «La casa de papel» intentando que todo lo planeado no se les escape de las manos y dejándonos boquiabiertos con cada estrategia. Aunque también son las horas necesarias para que la trama empiece a ser aburrida y haya personajes que no tengan sentido alguno. Y es que la exitosa ficción de Antena 3 es capaz de lo mejor y lo peor en cuestión de minutos.

Bien es cierto que la serie tuvo un gran comienzo y todavía mantiene a 2.655.000 millones de personas -9.000 personas más que el episodio anterior- frente al televisor. Se sigue confiando en la trama, en sus personajes y en las sensaciones. Este fenómeno televisivo quiere ser de los que dan alegría a la televisión.

Para ser más exactos, «rock and roll», tal y como dice Nairobi -Alba Flores-, quien mantiene un registro que consigue que quieras fijarte en ella y solo en ella.

No obstante, también hay elementos innecesarios. El excesivo uso de la voz en off es uno de ellos. En muchas ocasiones, este recurso consigue que te pierdas los diálogos y la música que le dan sentido a las escenas, aunque es cierto que define a los personajes. La narración es la única ocasión que te permite conocer qué ha pasado y qué puede pasar. Con lo cual, se trata de una forma de conseguirlo poco acertada, pero necesaria en «La casa de papel».

En este cuarto capítulo, para intentar salvar a Arturo tras ser disparado por un miembro de su equipo, la policía envía a la Fábrica de Moneda y Timbre un equipo médico con un infiltrado entre ellos. Lo que no sabían es que el profesor siempre va un paso por delante y están haciendo justo lo que quería que hiciesen. Como en la historia del «caballo de Troya», la serie ha conseguido que más de una persona se haya quedado sin pestañear durante varias escenas.

Y lo mismo ha pasado con la situación que están viviendo Denver y su padre, Moscú, intentando ayudar a la secretaria de la Fábrica, Mónica, después de que su estado de salud esté empeorando. Pero la verdadera tensión se sucede cuando Nairobi los descubre y su reacción es ayudarles con la mejor de las actitudes. En ese instante, se descubre que ella, tal y como se define en la propia escena también, no ha ido a hacer daño a nadie y quiere que todo salga según lo previsto. Eso sí, de las pequeñas tramas que se van sudeciendo paralelamente, nadie se acuerda.

La serie demuestra que quiere sumar. Es osada, descarada y entretenida. O al menos lo fue en su arranque. Aunque, en general, sigue manteniendo la dosis de suspense a la que nos tiene acostumbrado, la emoción que se sentía al comienzo se empieza a escapar. Por lo tanto, su futuro comienza a ser dudoso, sobre todo, cuando se sabe que todavía quedan 14 capítulos más. ¿Será capaz « La casa de papel» de mantener el nivel?

Personajes irremplazables

Toda serie cuenta siempre con unos protagonistas que consiguen -o no- que la historia cobre sentido y consiga engancharte. En esta ocasión, quien está soprendiendo destapándose como una auténtica revelación para muchos es el impulsivo Denver -Jaime Lorente-. Versátil por su capacidad de cambiar de registro, con un personaje que pasa de la euforia más violenta a la emotividad más profunda en segundos. Además, gracias a su expresivo rostro, ha conseguido enamorar a la audiencia. Es el que más alabanzas está cosechando situándole como uno de los actores con más futuro de la pequeña pantalla.

Con diferentes matices, Tokyo - Úrsula Corberó- también ha demostrado un registro muy distinto al que nos tenía acostumbrados. La actriz ya ha formado parte de ficciones tan distintas como «Gran Reserva», «Anclados» y «La embajada», sin embargo, han quedado superadas por su actuación en «La casa de papel». Tal y como explicó en una entrevista para Vertele: «no tiene nada que ver con lo que he hecho anteriormente». Y así la vemos. Solo ansiamos seguir disfrutando de su inesperada forma de ser dentro de la serie.