Oscars 2017«La La Land» o la amenaza histórica de llevarse un batacazo en los Oscar

La película de Chazelle ha logrado 14 nominaciones a los Oscar, emulando el récord de «titanic» o «Eva al desnudo». sin embargo, no sería la primera vez que una cinta logra tantas candidaturas y se va de vacío

Madrid Actualizado: Guardar
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«La La Land» ha igualado el récord de «Titanic» y «Eva al desnudo» en las nominaciones a los Premios Oscar. Con catorce candidaturas, la película de Damien Chazelle se posiciona como la «frontrunner» a batir en una gala, la del 26 de febrero, en la que vuelve a escpársele la estatuilla, igual que la nominación, a la poco afortunada Amy Adams que, con dos películas oscarizables en cartel («La llegada», que ha obtenido ocho nominaciones, y «Animales nocturnos») y la carrera perfecta, se ha quedado sin candidatura.

La magia del musical del nuevo «chico prodigio» de Hollywood ha despertado la nostalgia de los académicos, barriendo con unas nominaciones a los Oscar en las que colapsa todas las categorías a su disposición, incluida la de edición de sonido.

Pero esta cinta, que además está siendo un éxito de taquilla, no agacha la cabeza. Tan pronto muestra sus costuras como sus bazas. Como sus protagonistas, está dispuesta a todo por lograr su sueño. ¿Y qué sueño de un cinéfilo declarado no se traduce en subir al escenario del Dolby Theatre para recoger todos los premios posibles? Lejos de amilanarse ante épicas victorias como las de «Ben-Hur» (once Oscar de doce nominaciones), «Titanic» (once de catorce) o «El señor de los Anillos: el retorno del Rey» (pleno de once), «La La Land» ya se imagina haciendo historia.

A su favor, la memoria y, sobre todo, el gusto de los Oscar por los musicales, a los que hacía tiempo que había perdido la pista —o dado por perdidos—. En 1958 «Gigi» ganó los nueve premios a los que optaba y tres años más tarde «West Side Story» recogió diez de las once estatuillas a las que estuvo nominada, por eso no es descabellado que Chazelle, ese genio de 32 años que, además de recuperar la esencia de los clásicos en un musical genuinamente contemporáneo, se convertiría en el director más joven en llevarse el premio. Un caramelo.

Amargas derrotas

Sin embargo, ser la película más repetida en las nominaciones no siempre es sinónimo de morder el Oscar. Aunque hay ejemplos de sobra para sacar pecho, la historia dibuja en el horizonte amargas derrotas que ensombrecen un poco la probable gesta que el colorido musical emprendió ya en el Festival de Venecia.

En 1985, «El color púrpura» se fue de vacío a casa tras obtener once nominaciones a los Oscar. Un fracaso tan agridulce como el que casi una década antes saboreó «Paso decisivo», a la que ni la pizpireta Shirley MacLaine pudo alegrar la fiesta tras la gala. Son las dos películas con más nominaciones a los Oscar que se han quedado sin ninguna estatuilla.

Ni siquiera el idilio de David O. Russell con los Oscar, nominado en tres ocasiones de forma casi consecutiva, impidió a los académicos alimentar su mal genio cuando «La gran estafa americana» no rentabilizó ninguna de sus diez candidaturas. Lo mismo le sucedió a Martin Scorsese con «Gangs of New York». En 2002 parecía que el genio incómodo de Hollywood se había reconciliado con la Academia, que reconoció el mérito de su película otorgándole una decena de nominaciones. Sin embargo, también se fue del Dolby Theatre con las manos vacías. Quizás este año, con un sueño más asequible, una sola nominación a los Oscar para «Silencio» por su fotografía, sea suficiente para llevarse el escurridizo «oro». Una candidatura, eso sí, menor, teniendo en cuenta que Scorsese es uno de los cineastas que contribuyó a reactivar la industria cuando los estudios cedieron terreno a los «autores». Hollywood, que a veces se empeña en recordar, olvida sorprendentemente pronto cuando quiere.

El ejemplo más reciente de épica derrota se produjo en 2015 con «Marte», que en esa ocasión sí, y perdón por el cliché, tuvo ya su premio con las siete nominaciones a los Oscar a las que optó.

La balanza permanece, pues, casi en tablas, y puestos a romperlas, y ya que «La La Land» incita a soñar, hagámoslo, por ejemplo, con la vuelta a las victorias contundentes, las de cinco o más Oscar, que no se repiten desde que en 2009 «En tierra hostil» lo logró, quebrando incluso la hegemonía masculina en la categoría de mejor director. Todo apunta a que los Oscar 2017 serán los de «La La Land». Por qué no, permitámonos soñar.

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