Premios Oscar 2019

Los Oscar se olvidan de las grandes interpretaciones de Glenn Close y Christian Bale

Los premios actorales, tanto los masculinos como los femeninos, se olvidan de los trabajos inmensos de Glenn Close o Christian Bale

Glenn Close vuelve a perder el Oscar a Mejor Actriz, que ha ido a parar a Olivia Colman por «La favorita»
Oti Rodríguez Marchante

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Lo más «cool” del día siguiente de la entrega de los Oscar es no coincidir con ellos, y en ese «Hollywood va por un lado y yo por otro» es donde encuentra el cinéfilo su punto de modernez y de consuelo. Y propongo desde aquí las zonas de búsqueda más razonables para el desacuerdo: los premios de interpretación, tanto los masculinos como los femeninos, y tanto los principales como los secundarios.

La interpretación que hace Rami Malek , que ha asimilado el amaneramiento, la pasión y hasta la dentadura de Freddie Mercury, es buena y premiable, pero en especial en el plano largo (las actuaciones como líder de la Queen es lo que le acercan al personaje), y no tanto en el plano corto y referido a la esencia del personaje. En todo caso, su apropiación de Mercury no es tan precisa y compleja como la de Christian Bale , física y psicológicamente, con Dick Cheney, ni la que Viggo Mortensen incorpora a su cuerpo y a sus modos como ese grosero, íntegro y contradictorio chófer italiano de «Green Book».

Olivia Colman ha ganado el Oscar principal por su interpretación de Reina Ana en «La favorita», de Yorgos Lanthimos, y hubiera sido un gran y justo premio a la mejor actriz secundaria, pues lo principal ahí es el pulso cínico y salvaje que mantienen «las favoritas», Emma Stone y Rachel Weisz , que han optado y sin éxito al Oscar secundario. No ver en esta categoría de gran Oscar de interpretación femenina a Glenn Close, inmensa en «La buena esposa» , y aún más evidente a Melissa McCarthy en «¿Podrás perdón arme algún día?» , son ganas de irse a buscar lejos lo que tenían bien cerca.

Parece facilón y ordenado darle el Oscar a Mahershala Alí por su interpretación palote de pianista negro, gay, toxicómano, humillado y solitario en «Green Book» , y no hay ningún problema en ello salvo que Richard E. Grant interpretaba una sinfonía de sentimientos menos fáciles en «¿Podrás perdonarme algún día?». Y, en fin, Regina King se lleva el de actriz secundaria por «El blues de Beale Street», o sea, el premio que debió ganar Olivia Coleman y, en su defecto, Emma Stone y Rachel Weisz.

Por supuesto, que no darle el Oscar gordo a «Roma» obligaba a darle, al menos, el de Mejor Película en Lengua no Inglesa, quitándoselo así a «Cold War» , la polaca de Pawlikowski que ha sido lo más grande que ha dado del cine en años (también le ha ganado por la mano el de Mejor Fotografía, igual de discutible).

Total, que con esta edición uno puede sentirse más «cool» que nunca, pues de los Oscar ganadores solo coincide con el de Mejor Canción, «Shallow», de «Ha nacido una estrella». Y ni siquiera con otros de relleno como el de Mejor Vestuario para «Black Panther», demasiado prieto para mi gusto.

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