Cine y moda 90´s

PVC, tartán y terciopelo: cine y moda en los 90

Grunge, hip-hop, gótico y el rave, los estilos que sirvieron de inspiración a los diseñadores de vestuario

Nancy de «Jovenes y Brujas», Mathilda de «El profesional» y Vivian de «Pretty Woman» Montaje ABC Play

Daniela González Betancourth

El cine de los 90 tiene cierta mala fama ya que, según se dice, no es tan original como el de los 80 y no tan reflexivo como el del 2000. Pero lo cierto es que la década arrojó geniales creadores como el idolatrado Quentin Tarantino y grandes progresos en la digitalización y efectos de CGI , técnicas que vivieron su culmen al final de la década, con la cinta «Titanic» . A lo que hay que agregar los astronómicos números en taquilla, con una oferta entretenida que congregaba a miles de personas en las salas.

En esta década los avances hacia la globalización se hicieron más palpables, favoreciendo la creación de la llamada cultura pop . Los estados estaban cada vez más interesados en acontecimientos mundiales y las diversas disciplinas artísticas se fusionaron , descubriendo nuevas estructuras, incluso en el cine y la moda. Internet significó el fin de las ideologías de un solo sentido, ideas de todo tipo se mezclaron en apoyo a la nueva pasión por la tecnología , aunque también por la nostalgia del pasado .

El séptimo arte se nutrió de otras influencias, especialmente del mundo de la moda que vivía una época de ebullición creativa , en el que el auge de la publicidad y las comunicaciones tuvieron un gran papel. Tenían su momento de esplendor creadores de diversas nacionalidades como la reina del punk, Vivienne Westwood , el niño travieso de la moda, Jean Paul Gaultier , el italiano Romeo Gigli , la diseñadora española Sybilla , Margiela con la deconstrucción de la sastrería tradicional y Jean- Charles de Castelbajac , que llevó los estampados a la cima en contraposición con la estética grunge.

La moda, en esta década, infectada por la recién instalada sociedad de consumo , estaba sujeta a la rápida obsolescencia- aunque no tanto como en nuestros días- con ayuda de la tecnología. Teniendo en cuenta la cultura juvenil, las marcas dejaron de proponer tendencias dominantes y se diversificaron en los estilos grunge y hip-hop , ya en boga en los 80, así como el gótico y el rave .

Hemos escogido ocho películas para volver a través de cine a esos tiempos en los que estaba de moda el cabello cobrizo, se afinaron las cejas, se rompieron las tradiciones , entraron en juego los piercing y los tatuajes -símbolo carcelario llevado a las pasarelas por Gaultier-. Una frenética década en la que al final se plasmó la agonía por vivir en un mundo inanimado y gris, esclavizado por la cultura del trabajo , muy bien retratada en la cinta de David Fincher de 1999, «El club de la lucha» .

Marilyn Vance es la diseñadora de vestuario que se encargó de la famosa apariencia de Julia Roberts , en el papel de una idealista chica de la calle. «El vestido que llevaba para la apertura de la película era inspirado en un traje de baño que tenía mi madre hace años, de una diseñadora llamada Rudi Gernreich , muy popular en los 60 y 70. Tenía una pieza de metal en medio del abdomen», contó Vance a la publicación «The Dark Candy». La diseñadora, que ya había trabajado en cintas como «El club de los 5» , pensó que el diseño de este traje de baño serviría para crear un efecto óptico en el cuerpo de Julia , que para el perfil de Vivian, necesitaba más curvas: «Tenía que hacer que ella pareciera sexy y esta idea iba perfecta con el personaje», apuntó Vance. La botas negras que lucía la actriz venían directamente de una tienda punk del barrio londinense de Chelsea en famosa calle Kings Road: «Vi esas botas en el escaparate y pensé “las necesito”. Flipé con ellas y pensé que debían formar parte del vestuario de “Pretty Woman”, porque era algo único para Julia », relató la estilista. Vivian Ward tenían el vestido, las botas y una chaqueta que servía para acentuar los hombros de la actriz que se ponía en su piel, pero el director pensaba que necesitaba algo más «el día que empezamos el rodaje yo llevaba una gorra de pescador y Gary (el director de la cinta) la cogió y se la puso a ella». Vance se ha convertido en una leyenda , por su «cenicienta con botas de vinilo» .

La aventura que vivieron las protagonistas no hubiera sido la misma sin su característico vestuario. La diseñadora Elizabeth McBride , que ya había ganado premios por su trabajo en «Paseando a Miss Daisy», pensó en la transición que debían sufrir Susan Sarandon y Geena Davis al despojarse de las ataduras en la trama. Texas sirvió de inspiración para vestir a las protagonistas con jeans, camisetas y sombreros de vaquero : «Hablamos de ir desde el principio, cuando parecen estar en un mundo de catálogo, hasta el final, donde hay un cruce entre una pintura de Maxfield Parrish y una foto realistas de camiones. Fuimos muy precisos sobre el aspecto de la película », dijo la guionista de la cinta, Callie Khouri. En los 90 el denim se usó más que nunca. Levis, que era una de las marcas más famosas se negó a proporcionar sus prendas para el rodaje, pero supieron aprovechar el tirón del éxito del filme contratando a Brad Pitt , J.D en la trama, para sus anuncios de vaqueros en televisión.

La escena del interrogatorio en este largometraje es una de las más famosas del cine, sin discusión. Causó gran impacto aquel vestido blanco de crepé de Sharon Stone y la aparente ausencia de ropa interior de la actriz en la secuencia. La diseñadora de vestuario, Ellen Mirojnick , es la responsable: «Pensé que los trajes y el aspecto de la película eran extremadamente clásicos », dijo Mirojnick a la publicación «Clothes on Film», a lo que agregó: «La sensación contemporánea de la película es aún más contemporánea hoy en día. Es una pieza atemporal en su conjunto». Catherine Tramell, un personaje con gran atractivo, sensualidad e inteligencia, necesitaba un vestuario hecho a medida : «Estábamos interesados en crear imágenes que se adaptaran mejor a su personaje. Catherine fue “ la rubia fría ”, similar a un personaje de Hitchcock».

El sello del gusto inglés quedó plasmado en «La señora Doubtfire», a través de su vestuario. Marit Allen , que a principios de los 60 fue editora de las revistas de moda Queen y Vogue, siendo la responsable de llevar a la famosa modelo Twiggy a la fama, tuvo un éxito mayor como diseñadora de vestuario en el cine, en cintas como « Brokeback Mountain » (2005) o « Hulk ». Allen, que pasó parte de su vida en un internado, se basó en los recuerdos que tenía de su maestra de historia para diseñar los trajes de Robin Williams en el papel de la Sra. Doubtfire.

La película es un retrato de la moda a principios de década, Sally Field, viste trajes de chaqueta con los hombros enmarcados, los pequeños llevan ropa holgada como y Williams una indumentaria muy british , típica de la década de los 50.

El vestuario de este largometraje se ha convertido en todo un icono de moda , ahora que están de regreso los 90. Supuso el debut de Natalie Portman , junto a Jean Reno , León en la cinta, un asesino a sueldo profesional. La niña verá en este un refugio después del asesinato de sus padres. Magali Guidacci (Armagedón), la directora de vestuario, combinando prendas consigue que nos distraigamos de la vulnerabilidad de una niña de 12 años, que no tiene hogar. Mathilda desea convertirse en asesina como León, por lo que Guidacci la presenta de una manera más ruda: un una gargantilla de terciopelo granate al cuello, camiseta de rayas, pantalones cortos y las duras Dr. Martens. Para completar su imagen, un corte de pelo bob con flequillo, todo un hit en la época de la moda grunge , que recuerda a esa Mia Wallace de «Pulp Fiction» , con su particular forma de vestir y la forma de su cabello en la ficción de Tarantino .

Esta cinta, convertida en icono pop , es recordada por su vestuario y no por la trama que relata. Tiene más de veinte años y aún se siguen recordando los conjuntos a cuadros con los que aparece Alicia Silverstone en escena. Estos recuerdan a la colección que Vivienne Westwood mostró al mundo bajo una fuerte inspiración en la historia inglesa, con los cuadros escoceses presentes en gran parte de las prendas. El diseñador Alaïa también tiene presencia en la cinta, con sus mini vestidos ajustados, un estilo que describe a Cher Horowitz , la elitista adolescente protagonista de la trama. Mona Mayo , la diseñadora de vestuario de la película relató a «Interview» qué quiso plasmar en los personajes: «Cuando comenzamos a trabajar en “Clueless” solo había grunge en todas partes. Fuimos a una escuela secundaria en Los Ángeles y todo era muy Kurt Cobain, con camisas de franela y jeans anchos. Para la película, quisimos traer de vuelta lo femenino y la diversión en Cher y Dionne, la protagonista y su mejor amiga. Eran los años 90, no había internet y tuve que investigar todo con libros».

¿Quién no quiso formar parte de la pandilla de «Jóvenes y brujas»?, sobre todo por el alucinante vestuario de inspiración grunge que lucían sus poderosas protagonistas. Abrigos de PVC, gargantillas, crucifijos, rosarios, las faldas de tartán… todo ideado por la diseñadora de vestuario Deborah Everton («Abyss»), que dió a cada personaje personalidad propia con su indumentaria, a pesar de que en gran parte de la cinta van con el uniforme del instituto: «Las chicas podían usar medias o calcetines hasta la rodilla, un blazer o un suéter...me di cuenta de quién era cada niña y les di a cada una de ellas un elemento que las definía », dijo Everton a «Dazed». La diseñadora utilizó para el rodaje ropa a la que podía acceder cualquier adolescente de la época, pero la imagen de Nancy , interpretada por Fairuza Balk , era uno de los personajes más difíciles de trabajar. Es una chica a la que le gustan las artes oscuras, que vive en un parque de caravanas y que se define a sí misma como rara: «su madre era alcohólica, no tenían mucho dinero, por lo que muchas de las cosas de su indumentaria tenían que ser de gama baja. Su abrigo de PVC decía mucho sobre su personaje y ella lo usó varias veces», relató la diseñadora.

Los largos abrigos negros todavía parecen futuristas, las gafas, las botas… Todos los elementos de vestuario de la genial cinta de las hermanas Wachowski , inspiraron a grandes diseñadores al final de los 90. El español John Galliano se inspiró en el vestuario y la estética del filme para la colección del otoño de 1999 de Christian Dior , ropa que hoy ha vuelto a la actualidad. Kym Barrett , que ya había debutado en «Romeo + Julieta» fue la responsable de la euforia por el cuero negro, que fue tan inspiradora. Hizo su trabajo en la cinta diferenciando entre la elegancia dentro de los paisajes urbanos de «Matrix» y el distópico mundo real: «La moda fue lo último, sinceramente, todo lo que pensé fue: ¿cómo puedo hacer que estos mundos sean reales y distintivos?» explica la diseñadora, a lo que agrega: «Se trataba de cómo crear un lenguaje para que el público pudiera tener pistas sobre lo que estábamos haciendo inconscientemente. Entonces, cuando la historia comenzó a revelarse, la idea ya estaba incrustada de alguna manera en las conciencias». Barrett es la creadora de todos los elementos de la indumentaria de la cinta y para ello solo siguió unas breves instrucciones de las directoras : «Queremos que sea oscuro, queremos que sea de alto contraste, queremos que Trinity sea como una mancha de petróleo», y así lo plasmó.

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