«Que Dios nos perdone»

Sangriento verano en un loco Madrid

Rodrigo Sorogoyen estrena nueva película tras la notable «Stockholm»

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El Papa Benedicto XVI visita la capital española por la Jornada Mundial de la Juventud y trae consigo a cientos de miles de peregrinos que desbordan de alegría una ciudad ya desbordada... pero por el desengaño y la falta de horizonte. Y es que poco antes, el 15 de mayo, unos jóvenes (pelín diferentes de los anteriores) habían acampado en la Puerta del Sol madrileña y desataron por combustión espontánea un movimiento masivo de protesta.

La tensión era más que alta. La crisis económica había derivado en una crisis social y política desconocida en democracia. Además, hacía calorazo. Velarde (Antonio de la Torre) y Alfaro (Roberto Álamo), dos inspectores de policía, aparecen en esta convulsa situación para buscar a un asesino en serie que anda suelto por la ciudad. Este es el contexto de «Que Dios nos perdone», la nueva película de Rodrigo Sorogoyen, que se estrena este viernes.

¿Convirtió a Madrid en un personaje más? «Nos pareció tan diferencial, tan espectacular, tan loco y caótico... Nosotros íbamos a contar un thriller, una película grande. Y qué guay meter aquí a estos dos que se la suda el Papa y el 15-M porque es mucho más importante buscar a un asesino», explica el cineasta, que nos comenta que el germen de la cinta fue ver en YouTube cargas y peleas de manifestantes. «Isabel (coguionista) y yo pensamos en cómo ese antidisturbio, que con la porra y el escudo sale ganando, vuelve a casa después de haber machacado a un ser humano. Y luego, ¿te olvidas? ¿O lloras por la noche? ¿O llega un momento en el que piensas que quieres cambiar de trabajo?».

La cinta está plagada de personajes pintorescos en un ambiente feísta y cañí, costumbrista, en la que hay mucho humor. «Nos gusta mucho jugar con los géneros, revertirlos. A mí esas películas que son igual de oscuras en el minuto uno que en el noventa, me aburren. Y qué guapo que te estés riendo con un tío y a los tres minutos te dé miedo», comenta Sorogoyen, refiriéndose al personaje interpretado por Roberto Álamo.

«Alfaro tiene un problema grave con la violencia, está tratándose con psicólogos y se relaciona de manera expansiva. Mi intención fue refinar a esta persona tan brutal, no quería una composición tosca sino con matices», dice el actor, que resalta la profundidad habitual de los personajes de Sorogoyen.

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