Darío Grandinetti: «España vivió las consecuencias de la dictadura argentina»

Alex Jiménez

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04/08/2019
Actualizado a las 01:12h.

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Casi un año después de coronarse como una de las películas más laureadas en la última edición del Festival de San Sebastián –se llevó tres Conchas de Plata: a Mejor Dirección, Mejor Actor y Mejor Fotografía–, «Rojo» llegó este viernes a los cines españoles. Un largometraje, el tercero del cineasta bonaerense Benjamín Naishtat, que hace una radiografía perfecta de cómo era la sociedad argentina en 1975, un año antes del Golpe de Estado Militar perpetrado por Jorge Rafael Videla y su ejército que terminó con el gobierno de Isabel Perón.

Al frente de la acción de la cinta se sitúa el aclamado Darío Grandinetti, ganador del Emmy Internacional en 2011 y uno de los actores más consagrados de América del Sur. Naishtat, que quería conferir un aire puramente argentino a su película, vio en él el candidato perfecto para interpretar a Claudio, el protagonista principal. No le faltó razón, pues el actor se llevó la Concha de Plata en San Sebastián. Su personaje es un distinguido abogado, de clase media-alta y que fue «cómplice» de la represión de la época, como detalla el propio Grandinetti a ABC. «Claudio es ese señor acomodado de clase media que facilitó que todo lo que vino después ocurriera, sin que aparentemente nadie supiera nada».

El punto de partida de la historia parece de lo más propicio del género noir en el que se ambienta el largometraje . Una discusión por una mesa libre de un restaurante entre Claudio y un desconocido (al que da vida Diego Cremonesi) que termina en tragedia, en una coyuntura que pone de manifiesto la fragilidad de la existencia humana, tanto en la vida real como en la ficción. Más todavía en un contexto como el de la Argentina del momento. «Esas cosas pasaban igual que se muestran en la película», explica Grandinetti. «Era el: “Cuidado, no te metas, que vas a salir mal”. Era muy fácil matar a alguien y salir impune. Había mucho silencio alrededor. Y de las cosas más graves nos terminamos de enterar mucho tiempo después. De ahí viene la complicidad de la sociedad civil para que luego se produjera el Golpe de Estado . Porque todos estaban involucrados. Incluso los que miraban hacia otro lado. Me interesa ver todo lo que trata esta película por eso, porque habla de algo que fue el caldo de cultivo de lo que vino después», prosigue el intérprete, que incide en otro detalle. «El aparato del Estado estaba en manos de señores que manejaban las cosas como lo hace siempre el fascismo. Como lo ha hecho durante la historia contemporánea de la humanidad».

A ese respecto, el actor argentino lo tiene claro. «En España se vivieron las consecuencias del Golpe de Estado que se dio en Argentina, en cuanto a la inmigración que recibió o viendo lo mucho que sufrió mucha gente durante esos años de la dictadura», recalca Grandinetti, que lanza un mensaje en clave. «Esta película es una herramienta para que estemos atentos. Viéndola, quizá se pueda sacar alguna conclusión al respecto de cosas similares que estamos viendo. De personajes reales que todavía existen hoy en día en todo el mundo. Que siguen ahí, pese a que han pasado 40 años después de los hechos en los que se basa el largometraje. Uno puede trazar situaciones similares que se ven en la película al respecto de conflictos que se están volviendo a vivir en el mundo. De otra manera, pero con consignas fascistas y neofascistas... que están legitimadas», considera el actor, que es optimista con respecto a la acogida que la película puede tener en nuestro país. «Es una historia que a los españoles no les viene tan lejana», subraya.

Desde el inicio de la película, el director Naishtat se espera por recrear la atmósfera de la Argentina de mediados de la década de los setenta. Un clima de incertidumbre que se respira desde los títulos de crédito y con la propia ambientación retro del largometraje, rodada como si de un thriller de hace cuarenta años se tratase. «A nivel técnico, es irreprochable. Celebro que tenga esa dosis experimental, con esa decisión de filmar como se hacía en los setenta. Con esos encuadres, colores, posturas, tempos , planos... todo eso le da un marco muy original y poco convencional», manifiesta Grandinetti, que resalta el «potente argumento» de «Rojo», una película «muy entretenida» y en la que el actor comparte acción (y descendencia) con su hija Laura, que en el largometraje interpreta a Paula, la hija adolescente de Claudio. «Ya había hecho teatro junto a ella. También con mi hijo Juan, con el que he estado en otros proyectos. Disfruto mucho trabajando con mis hijos. Son muy buenos compañeros y yo he logrado también serlo, a pesar de todo el tempor que tenía al comienzo... por eso de que soy su padre», confiesa el intérprete rosarino.

Aunque más allá de todo ello, «Rojo» es un largometraje que puede disfrutarse más allá de su contexto político y social de la Argentina de la época. «Es una película atractiva que permite que aquel que no entienda muy bien el momento en el que transcurra, pueda valorarla y disfrutarla como un thriller», opina Grandinetti, que en el proyecto de Naishtat interpreta un papel con un matiz similar al que lleva a la pequeña pantalla en «Hierro», la exitosa serie de Movistar+ que, tal y como adelantamos la pasada semana en ABC , está cerca de renovar por una segunda temporada. «Aunque me parece más noble Díaz (su personaje en “Hierro”), a pesar de que hace cosas ilegales. Su personalidad es más noble que la de Claudio, que es un camaleón. Un bicho al que vomita Dios».

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