Rohmer, un marciano en el Festival de Cine de Barcelona

Hay cosas que no son de este tiempo y que, de hacerse, hay que hacerlas con enorme discreción, desde comerse un filete de ternera, a leer a Quevedo o a ver películas de Eric Rohmer . Como que uno no ha de afrontarlas abiertamente y con tranquilidad.

El anuncio, ayer, de que el Festival de Cine de Barcelona tiene previsto en su próxima edición dedicarle un homenaje al cineasta francés con motivo del centenario de su nacimiento, además de una brillante idea, es todo un desafío al modo y manera del ser actual, puesto que sus personajes no paran de hablar (lo que no infringe ninguna regla de hoy) y sin embargo no dejan de aportar ideas (algo que sí ofende). No son muchos, ocho títulos, « Mi noche con Maud », « La rodilla de Claire », « Pauline en la playa », « El rayo verde », « Cuento de primavera », «Cuento de invierno», «Cuento de verano» y «Cuento de otoño» , pero sí los suficientes para que la sencillez, elocuencia y finura intelectual de Rohmer nos permita confirmar algo olvidado: que hay hierba, y que crece ante nuestros ojos, aunque ahora la pisoteen superhéroes y villanos.

El Festival de Cine de Barcelona se celebrará entre el 17 y el 24 de abril , y pronto ofrecerá su programación completa, pero, por ahora, la noticia de que Rohmer tiene sitio en la pantalla del cine, con su mirada serena y sus conversaciones profundas, es casi el argumento para una película de ciencia ficción.