«Rings»: La tecnología llega al terror

El cordobés F. Javier Gutiérrez continúa la saga «The Ring» con una secuela que busca el porqué de la maldición

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La tecnología irrumpió en la vida diaria y, tarde o temprano, tenía que hacerlo también en el cine de terror. «Rings» ha intentado hacer más creíble y cercana la historia a una nueva sociedad construida en gran parte en base a la identidad digital y las interacciones sociales vía internet, como ya lo hicieron películas como «Stay Alive» o «Paranormal Activity». El encargado de desarrollar la tercera parte de esta franquicia de terror ha sido el cordobés F. Javier Gutiérrez.

El director era un perfecto desconocido en el mundo del cine hasta 2008, cuando arrasó en Festival de Cine Español de Málaga con su película, «3 días». Después de varios intentos fallidos, llega su segunda cinta. Dentro de los límites que supone trabajar en una secuela, asegura que «quiero pensar que todavía se puede ver un poco de mi sello como director en el gusto a la hora de volver la cámara, de la textura de los colores...».

Hace ya catorce años de la primera entrega de «La señal», una historia innovadora que ponía a Naomi Watts en la piel de una periodista de investigación, Rachel Keller, que acabó sumergida en una especie de leyenda urbana que gira en torno a una cinta de vídeo. Plagada de imágenes aterradoras, tiene como consecuencia una llamada telefónica que predice, con una semana de antelación, la muerte de quien la ha visto. Pero la historia no terminó ahí. Ella y su hijo se vieron afectados por las consecuencias del vídeo en «La señal 2». En un intento de huir de las consecuencias, ambos se trasladaron a un pequeño costero en Astoria, Oregón. Sin embargo, esta pesadilla les persiguió hasta que no descubrieron quién era la chica del vídeo y por qué les perseguía.

La tercera parte parece no traer una explicación de nada más. Simplemente vuelve al principio: con una cinta que predice la muerte del que la ve siete días antes. Pero ahora la escena es distinta. Todo sucede en un ambiente universitario. Allí, el profesor Gabriel, interpretado por Johnny Galecki (más conocido como Leonard Hofstader), investiga esta oscura subcultura y el vídeo que la crea intentando buscar la forma de cerrar ese círculo, sin que acabe en muerte. Para ello utilizará toda la tecnología que tenga en su mano. En esta entrega también habrá amor, pero no del de madre e hijo. Julia entrará en ese bucle de visualizaciones infinitas del vídeo para salvar a su novio. Pero ella no se podrá librar tan fácilmente del «maleficio»: su vídeo es distinto.

No más «remakes»

Esta franquicia nace de «Ringu», una película japonesa con un pretexto muy parecido a la primera entrega americana, la cual se creó en coproducción entre ambos países. Hasta ahí la coincidencia con la saga nipona. Pese a contar con hasta seis películas, la versión estadounidense tomó su propio camino desde la segunda entrega.

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