La reinterpretación de un icono desde Malasaña

Disney llamó al artesano español Javier Sánchez Medina para que les ayudara a homenajear a Mickey Mouse por su 90 cumpleaños

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Cuando uno pasea por las calles de Malasaña, se puede hacer fácilmente a la idea de por qué este barrio madrileño se ha posicionado como uno de los más cotizados de la ciudad. Bares de moda o tiendas de ropa «vintage»: cualquier local de los que inundan estas calles madrileñas son dignos escaparates para los «instagramers». Pero, a apenas unos pasos de ellos se encuentra un local que transporta a otra época a cualquiera que cruce su puerta, una en la que el esparto y la enea eran el material principal. Se trata de Javier S. Medina Carpintería 28, situado en la calle el Escorial. El pequeño taller coge el nombre de su dueño, un artista extremeño que ha conseguido que cualquiera –incluso los antitaurinos– pueda tener su «trofeo ecológico» de pleita de esparto colgado en su salón. «Es algo muy nuestro, pero aquí ningún animal sufre».

Justo a ese local llegó hace ya unos meses un paquete que sería más especial de lo que su destinatario se imaginaría. «Recibí una caja que venía desde Los Ángeles. Dentro tenía una lámina original de Mickey Mouse muy bien protegida, pero no entendí nada. Solo que era el 90 aniversario de Mickey Mouse», cuenta el artista Javier Sánchez Medina a ABC. El exceso de trabajo y la falta de información hizo que el joven dejase el paquete a un lado en su estudio. Incluso, pensó en «regalársela a un sobrino que hacía la comunión». Por suerte, se le olvidó transportarlo hasta Badajoz.

Los días pasaban y el artesano seguía sin saber qué significaba ese paquete. Fue con una llamada de Disney España cuando comprendió qué sucedía. «Vinieron a mi taller para decirme que había sido elegido para participar en una exposición mundial con motivo del 90 aniversario de Mickey Mouse », recuerda. Sánchez Medina nunca había participado en un proyecto de este tamaño, pero lo curioso es que Disney España tampoco. «Me dieron total libertad para desarrollar la pieza: tamaño, forma, material... Solo me dijeron que querían que fuera muy yo», recordó. Javier S. Medina ha recuperado la forma de trabajar con fibras naturales –como la pleita, el esparto o la enea– que vio de pequeño en Badajoz, pero le ha añadido un toque estético con el que ha conseguido desarrollar las obras que realiza y que han cautivado a personalidades que van desde la galerista Rosana Orlandi hasta la actriz Sarah Jessica Parker , con quien se reencontró en la inauguración de la exposición.

Tras un tiempo pensando en cómo podía fusionar su peculiar estilo con la imagen que tenía de Mickey Mouse, apostó por reinterpretar las manos del mítico personaje de Disney y realizó un estudio de estas en ratán y anea , trenzado y cosido en hilo de bramante. «Me parecen la parte más expresiva de Mickey», dice, mientras recuerda el «pijamita» que tenía de pequeño de él. Para desarrollarlo, necesitó muchas horas de trabajo y un molde de cerámica que ya no existe. «Me pidieron que fuera una pieza única y sin ese molde es imposible hacer una copia. Quizá, en algún momento, me plantee hacer una copia, pero ahora mismo lo dudo».

Tras la vorágine que ha supuesto su paso por la «Mickey: The True Original Exhibition» y reconectar con el mítico personaje de Disney, Javier Sánchez Medina regresa a su pequeño taller en Malasaña, desde donde sigue conquistando a personas de distintas partes del planeta gracias a una parte muy especial de nuestra tradición. «Tenga una buena lista de encargos que cumplir, y gran parte de ellos son de Estados Unidos». Puede que el especial interés del país gobernado por Donald Trump sea el motivo por el que Disney decidió contar con él. Si es así, parece que el artesano tendrá que agradecer eternamente al interiorista Nate Berkus que seleccionase uno de sus bustos para formar parte de uno de sus proyectos. «Una vez al año, Beverly Hill cede sus escaparates para mostrar lo más destacado de la decoración de ese año, y él decidió incorporar una de mis piezas en su escaparate. Allí aprecian mucho la artesanía. Es algo que no tienen». Aunque la lista es larga, intenta siempre tener piezas en su taller por si algún cliente impaciente quiere hacerse con una.

La carrera de Javier Sánchez Medina es el resultado de una de obstáculos. «Mi vida es el deporte. De hecho, estuve opositando para bombero, y en Badajoz tenía un gimnasio. Mis amigos estaban todo en torno al deporte también. Pero de pequeño se me ha dado bien lo creativo como dibujar o las manualidad. Quería estudiar Bellas Artes, pero, por circunstancias, no lo pude hacer». Sánchez creía que se trataba de una profesión sin demasiada «salida» hasta que comenzó a viajar. «Tenía la espinita clavada así que decidí intentarlo».

Recogió sus maletas y se trasladó a Madrid para formarse y comenzar a coger práctica con profesionales asentados en la capital. «Al final, decidí empezar a trabajar desde casa y promocionar mi trabajo a través de las redes sociales –donde cosecha más de quince mil seguidores–». Pronto, empezaron a llegar los pedidos, y estos fueron aumentado. «Fue entonces cuando me tuve que plantear si quería realmente apostar por esto o no, y decidí montar mi taller». Ahora, está a punto de abrir otro a escasos metros y no le faltan propuestas para hacer lo mismo en Nueva York.

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