Penélope Cruz, premio Donostia: «Cuando eres madre, esa es la prioridad»

La actriz aprovechó el homenaje del Festival de San Sebastián para presentar «La red avispa» con Édgar Ramírez

Penélope Cruz, en la rueda de prensa del Festival de San Sebastián, donde celebró el premio Donostia EFE
Fernando Muñoz

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Con 45 años en el DNI y 30 de vida laboral, Penélope Cruz se ha convertido en la intérprete más joven en recibir el premio Donostia. Y aunque el vértigo por la edad no es una opción para quien ha ganado el Oscar, compartir el homenaje de la 67 edición del Festival de San Sebastián con Donald Sutherland (84 años) y Costa-Gavras (86 años) asusta un poco: «Como soy como un personaje de Almodóvar, pensé que si me lo daban era porque me iba a pasar algo malo, pero ya está superado», broméo la actriz sobre la entrega prematura de un galardón «a toda una carrera».

Pero es que su filmografía es tan intensa como el brillo de los directores y actores con los que ha compartido cartel. A no pocos grandes ha conquistado, desde los oscarizados Woody Allen o Asghar Farhadi pasando por Ridley Scott o Kenneth Branagh sin olvidar sus amigos españoles, Pedro Almodóvar, Fernando León de Aranoa, Fernando Trueba, Bigas Luna... Una gesta para aquella niña de Alcobendas para la que soñar con ser actriz era poco menos que soñar con el universo: «En mi familia no teníamos referentes del arte o del cine, y cuando les dije que quería ser actriz, que era como decirles que quería ser astronauta, no se rieron de mí. Nunca me cerraron las puertas pero tenían miedo y me dijeron que tenía que tener un plan b", certificó la actriz.

La imágen de Penélope Cruz sentada sola en la larga mesa de la sala de prensa remite a un púlpito, sobre todo cuando frente a ella los «feligreses» sentados a izquierda y derecha atienden en silencio. A excepción del puñado de periodistas y de los fotógrafos y cámaras, el resto de decenas de personas que saturan el espacio dejan de prestar atención para sacar la enésima foto desde sus asientos. Alguno pone un tuit, el otro sube el momento a Instagram, un tercero asiente con los brazos cruzados... Con ese ambiente, Penélope Cruz repasaba su carrera en el que ha sido el penúltimo gran acto del certamen a falta de la gala de Clausura.

Ida y vuelta a Hollywood

Desde las calles de Alcobendas, por donde al volver a pasear dice sentirse impresionada, a las calles de Los Ángeles donde se consagró, la actriz recuerda cómo fueron los aquellos primeros pasos de su aventura americana. « No cogí una maleta y un billete sin vuelta . Hice una prueba aquí y me ofrecieron un papel: fui para volver, no quería renunciar a trabajar en mi país y en Europa. Mi sueño era compaginar trabajar en ambos sitios, nunca fue el de irme a jugármelo todo allí porque yo ya estaba trabajando en España y no quería perder lo que estaba construyendo aquí».

A esa primera película en Hollywood, «Hi-Lo Country», de 1998, le siguieron unos cuantos títulos que, sin embargo, no le convencieron para establecerse definitivamente allí. Porque después de tantos esfuerzos, de tanto tiempo viviendo a la sombra del cartel de las colinas de Monte Lee, la maternidad le hizo buscar la estabilidad en España. «Paso más tiempo aquí que allí, donde solo voy por trabajo o reuniones. Tuve años donde vivía allí, en los que volaba sin parar, pero eso ya está en mi pasado, porque cuando te conviertes en madre la prioridad es esa. Ahora miro dónde son los rodajes, cuánto van a durar...», explicó.

Porque al final, ¿ para qué sirve un premio ? «Para agradecerlo con la gente que ha estado ahí desde el principio. Qué suerte tener la oportunidad de hacerlo», presumió la actriz. «He tenido mucha suerte con los directores, atrices y actores con los que he trabajado, como Goya Toledo o Salma Hayek, que las conocí trabajando y llevan 30 años conmigo. O ahora Édgar Ramírez , que es mucho más que un compañero de trabajo, un gran gran amigo. En los rodajes se crean relaciones muy estrechas. Gracias a Dios he tenido mucha suerte», sentenció.

Un Edgar Ramírez, por cierto, con el que viajó a San Sebastián junto con Gael García Bernal para presentar «La red avispa», la película que es festival aprovecha para proyectar con motivo del premio Donostia. Un título que ya pasó por Venecia y que recoge la historia de un grupo de espías cubanos que se infiltran en Estados Unidos para sabotear a los grupos de Miami que conspiraban contra el régimen de Fidel Castro.

Porque para Penélope Cruz, el premio Donostia no es a toda la carrera, si no a la mitad de ella, porque el recorrido, promete, será largo. Y quién sabe si regresa por aquí con una película en la que su nombre aparezca como directora: « La primera vez que dije que quería ser directora tenía 16 años y se lo dije a Pedro Almodóvar en el bar La Gloria. Él me dijo: "Tienes que hacerlo desde muy joven". Ahora tengo 45 y no me he atrevido, pero tampoco me ha dado tiempo, que no es una mala señal», admitió.

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