«Muñeco diabólico»: Un giro actual a la historia de Chucky

La pasada semana, llegaba a los cines españoles «Toy Story 4», la nueva película de la exitosa franquicia de Pixar acerca de las aventuras de Woody, Buzz Lightyear y el resto de juguetes que cobran vida cuando ningún humano está pendiente de ellos. Este viernes, se estrenó «Muñeco diabólico», el «reboot» de la exitosa película de Tom Holland sobre aquel peculiar y tenebroso muñeco que aterrorizó a más de medio planeta a finales de los ochenta.

Chucky, el cachivache protagonista de la trama, reinicia (y actualiza) su historia para darle un giro tecnologíco repleto de actualidad, al más puro estilo «Black Mirror» . El juguete «nace» como parte de una colección llamada «Buddi», un muñeco «inteligente» creado para ser «el mejor amigo de los niños» y todo un homenaje al filme de Holland, pues el juguete asesino original se inspiró en la línea de muñecas My Buddy.

Pero, por un error tan humano como intencionado, Chucky desactiva su «inhibidor de violencia» y, poco a poco, se convierte en una máquina de matar al tiempo que desarrolla un especial apego hacia su dueño, un niño llamado Andy (igual que el de «Toy Story», casualidad o causalidad) al que lleva a la gran pantalla Gabriel Bateman: un joven actor que, a sus catorce años, se ha convertido en un rostro reconocible en el género, gracias a su trabajo en cintas como «Nunca apagues la luz», producida por James Wan (uno de los genios del terror contemporáneo) y «Annabelle», que, irónicamente, se centra en la historia de una maquiavélica muñeca que poco tiene que envidiar a Chucky.

En este «remake» repleto de referencias y dirigido por Lars Klevburg, al juguete le pone voz nada menos que Mark Hammill , Luke Skywalker en «La guerra de las galaxias». Completan el reparto caras conocidas como Aubrey Plaza, el nominado al Emmy Brian Tyree Henry y David Lewis. La contienda está servida.