Ant-Man y la Avispa

Machismo y maltrato: la polémica heroína que Marvel excluyó por su oscuro pasado

Presentada originalmente como una frívola acompañante de Ant-Man, antes de convertirse en la primera mujer en liderar los Vengadores la Avispa sufrió también violencia de género

La polémica escena de Ant-Man y la Avispa
Lucía M. Cabanelas

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Medio siglo antes de que Vengadores de carne y hueso como Iron Man o Capitán América lucharan contra Ultron o Thanos, Ant-Man y la Avispa eran junto a ellos decisivos para salvar el mundo. Y aunque ahora intente sacarles rédito a su manera, Marvel los descuidó a ambos.

Pese al esencial papel que desempeñaron Hank Pym y su compañera Janet Van Dyne en los cómics, Marvel decidió excluirlos en su incursión en la gran pantalla sin explicación alguna . En la primera película sobre el hombre hormiga, la compañía representó al original (Michael Douglas) como un científico retirado, un héroe jubilado que facilita la tecnología idónea a su sustituto Scott Lang (Paul Rudd), un exconvicto que también en las historias de los cómics utiliza el traje y las partículas de Pym. Una decisión, la de envejecer al personaje, que parece surgir para evitar que el Ant-Man original y Tony Stark (Iron Man) coincidan, recayendo en este último el peso de genio creador y no en ambos.

Lejos del peso del personaje original, su compañera y esposa, Janet, no sufrió mejor fortuna en su aventura cinematográfica, apareciendo como poco más que una referencia en la segunda cinta de Ant-Man, relegada a un papel secundario en el que la protagonista es Hope, un personaje menor que en los cómics emplea la tecnología ideada por sus padres para convertirse en la villana Reina Roja.

En plena vorágine de peticiones para que alguna potente heroína encabece una película de Marvel, no deja de resultar extraño que la compañía haya desechado al que fuera su principal exponente, sustitituyendo a la Avispa, la única mujer entre los cinco Vengadores originales, por la Viuda Negra, con menor recorrido en las viñetas. Un cambio que parece venir motivado por el oscuro pasado que rodea a los dos peculiares superhéroes; un lastre que, se dice, surgió a raíz de una equivocación que han terminado arrastrando como una condena durante décadas Ant-Man y la Avispa .

Creada por Stan Lee, Ernie Hart y Jack Kirby, la Avispa apareció por primera vez en junio de 1963, en el número 44 de «Tales to Astonish», y desde su primera incursión en las historietas fue considerada una de las superheroínas con mayor potencial y carisma. Con unos poderes mucho más originales que los de sus compañeros, y capaz de encogerse varios centímetros –primero con las partículas Pym y después sin ellas–, volar gracias a unas alas de insecto y disparar ráfagas de energía bioeléctrica que llama «picaduras de avispa», la compañera y esposa del hombre hormiga llegó a dirigir los Vengadores en numerosas ocasiones, elegida por miembros de peso como Iron Man, Thor o Capitán América , que elogió sus habilidades de liderazgo en los cómics de los ochenta.

Surgida hace casi sesenta años, la historia de Janet Van Dyne se queda, sin embargo, algo obsoleta en el presente. Retratada como la mujer prototipo de la época, su personaje ejercía un papel secundario en la historia del resto de héroes: prefería irse de compras mientras su marido inventaba genialidades científicas y su principal objetivo no era acabar con los villanos sino convencer a Hank Pym de casarse con ella .

Sin apenas importancia en los primeros cómics, salvo la de formar parte de los cinco Vengadores fundadores, Marvel fue corrigiendo el desequilibrio con los años, sometiendo a una progresiva trasnformación esa imagen machista de una Janet Van Dyne obsesionada con comprarse zapatos. La Avispa pasó de ser «mujer de» a la primera mujer de la historia en liderar el grupo de superhéroes, una heroína cuyas decisiones pesaban en el equipo de salvadores y no un adorno al lado del genio científico Hank Pym.

Ant-Man y la Avispa

Sin embargo, la conversión de la Avispa en un personaje de cabecera no estuvo exento de polémica . Superado el periodo en el que su carisma estaba eclipsado por su papel de mujer florero, tuvo que enfrentarse a una oscura etapa que encaminó definitivamente al emponderamiento del personaje, decisivo a partir de entonces en casi todas sus aventuras, sobre todo como principal instigadora de integrar en el equipo a más mujeres, como hizo con She-Hulk o Capitán Marvel. En los últimos números de los cómics «Los Vengadores», Van Dyne se convierte en víctima de violencia de género, sufriendo diversos abusos de su marido, que incluso llega a golpearle. Una violencia que estalla cuando Janet intenta convencer a su por entonces paranoico esposo, expulsado de los Vengadores, para que no cree el villano robot en el que trabajaba (Un Ultron que, de hecho, en las películas es ideado por Tony Stark y no por Pym). En ese momento, el hombre hormiga derriba, de una bofetada, a su mujer, en una escena que, pese a los esfuerzos y las leyendas, sigue siendo recordada con gran carga negativa.

A pesar de que, tras la recepción del controvertido instante de la icónica pareja, Marvel intentó rehabilitar la terrible imagen del personaje, la violencia ejercida por Hank Pym contra Janet Van Dyne sentenció al superhéroe. Prueba de ello es la vuelta de tuerca del universo cinematográfico de Marvel minimizando la presencia de ambos en la historia. La compañía trató de salvar una de las parejas más icónicas de los cómics justificando esa violencia en la existencia de su álter ego desquiciado, Chaqueta Amarilla , o achacando esa agresividad desmedida contra la Avispa a un hombre hormiga al que le habían lavado el cerebro.

Tras las críticas y amenazas recibidas en su día por la polémica escena, Jim Shooter, artífice de la historia en cuestión, defendió que el golpe era fruto de la desesperación del hombre hormiga y no una agresión premeditada contra su mujer. «En 1981 estaba escribiendo Vengadores. Hank Pym, alias Chaqueta Amarilla, estaba casado con Janet Van Dyne, también conocida como la Avispa, y las cosas no le habían ido bien durante mucho tiempo. Antes de embarcarme en la historia que condujo al final del matrimonio de Hank Pym y Janet Van Dyne, volví a leer cada aparición de los dos personajes. La de Pym era en gran parte una letanía de fracasos, siempre cambiando de apariencia y pasando de la investigación al heroísmo porque tampoco tenía éxito. Nunca fue el gran Vengador y, generalmente, era el primero al que derribaban o capturaban. Su "logro" más notable en el laboratorio fue la creación de Ultron. Mientras tanto, su rica y hermosa esposa tuvo éxito en todo lo que intentó. Ella siempre revoloteaba sobre sus hombros, coqueteando, diciendo cosas para apuntalar su ego», explicó en una entrada en su página web.

El también editor estadounidense defendió que, lejos de lo que se había extendido popularmente, nunca se pretendió representar a Ant-Man como un maltratador, sino mostrar el declive de un superhéroe que, pese a intentar salvar el mundo, en el fondo sufría como un humano, pero un error en el dibujo, que parece implicar intención, hizo el resto. «Se supone que Hank golpeó accidentalmente a Jan mientras levantaba las manos con desesperación y frustración, haciendo una especie de gesto de "aléjate de mí" sin mirar hacia ella. El artista Bob Hall, a quien le habían enseñado a buscar siempre la acción más extrema, terminó dándole ese enfoque. No había tiempo para volver a dibujarlo, lo que, hasta el día de hoy, ha provocado la trágica historia de Hank Pym, también conocido desde entonces como golpea-esposas », se justificó Shooter.

El daño, sin embargo, ya estaba hecho, y la condena todavía perdura.

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