La maldición de Darth Vader: la infernal carrera de Hayden Christensen

Mientras Jake Lloyd, el joven Anakin, fue internado en un psiquiátrico y David Prowse relegado al cuerpo de Vader, Christensen encadenó unas cuantas comedias románticas y terminó buscando suerte como granjero

Hayden Christensen en el papel de Anakin Skywalker/Darth Vader
Lucía M. Cabanelas

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Estuvo entre los hombres más sexys del planeta, tuvo el honor de ser héroe y villano en Star Wars y fue nominado al Globo de Oro cuando apenas tenía 20 años, pero como muchas de las carreras que Hollywood se empeña en promocionar, terminó en la estacada, reconvertido en granjero tras su fracaso como estrella.

Después de un par de papeles estelares, Hayden Christensen (Vancouver, 1981) apareció en su primera película de renombre, «Las vírgenes suicidas», dirigida por Sofia Coppola. Tres años después ya se había incorporado a la saga galáctica, fichado por su química con Natalie Portman, que dio vida a Padmé Amidala, y porque George Lucas veía en el intérprete canadiense a alguien con cierto talento por explotar. Un potencial que brilló por su ausencia, como se empeñaron en repetir hasta la saciedad fans y críticos de la trilogía.

Participó en otras dos películas de Star Wars, donde tuvo el honor, y la desgracia, de interpretar al emblemático Anakin Skywalker/Darth Vader . Y a partir de ahí lo que parecía estar escrito hasta en sánscrito, eso de que sería una de las carreras más brillantes de la meca del cine, se estancó en comedias románticas de segunda categoría.

«Factory Girl», «Jumper», «Aprendiz de caballero» y «New York, I love you» han sido sus proyectos más populares, y ninguno de ellos destacó precisamente por su cualificada factura, sino más bien por la cantidad de estrellas que buscaban un resquicio económico en la industria que no exigiese un esfuerzo excesivo.

Hayden Christensen no pudo levantar cabeza, incapaz de superar las dos nominaciones, y victorias, a los Razzie por su (mal) papel en Star Wars; dos galardones que pesan como una losa en un currículum en el que llegó a lucir con orgullo un Trofeo Chopar a mejor actor revelación en el Festival de Cannes o una mención en la prestigiosa National Board of Review . Lo suyo obedece a la maldición de Darth Vader, esa que sufrieron tanto él como Jake Lloyd, que interpretó a la versión infantil del Jedi que se pasó al lado oscuro de la Fuerza, y también a David Prowse, el actor bajo la máscara más célebre de la historia del cine , que sufrió las humillaciones más flagrantes de George Lucas.

Mientras Lloyd terminó internado en un psiquiátrico por esquizofrenia, Prowse quedó para la posteridad como el cuerpo de Darth Vader, después de que Lucas prescindiese primero de su voz y finalmente de su rostro en el montaje del filme.

Christensen terminó hundido bajo el peso de un personaje emblemático, que engulló hasta el último ápice de un carisma que nunca figuró como su gran cualidad. Su fama de sex symbol terminó empañada por el odio acérrimo de los fieles seguidores de la saga galáctica y le relegó a un retiro alejado de los focos. «Sentía que tenía algo grande con Star Wars, que ofrecía todas esas oportunidades y me daba una carrera, pero todo parecía como si me lo hubieran puesto en bandeja. No quería ir por la vida sintiendo que estaba simplemente surfeando una ola (...) No me parece que Hollywood sea interesante, así que estoy pensando en estudiar arquitectura», llegó a decir el actor que, sin embargo, terminó comprándose una granja en Ontario y aprendiendo ganadería para sacarla adelante.

Después de sonar, y ser rápidamente descartado, para participar en la nueva remesa de películas que pretenden reinventar el universo creado por George Lucas, Hayden Christensen parece haber hecho por fin las paces con la franquicia que le elevó a la gloria, pero también provocó su caída a los infiernos.

Trece años después de «La venganza de los Sith» , Disney, actual poseedora de la franquicia, ha decidido materializar la reconciliación de Christensen con Star Wars, que había dejado de acudir a sus convenciones hasta el 40 aniversario de «Una nueva esperanza», usando la imagen de su Anakin Skywalker como portada de la nueva novela del imperio galáctico. Junto al infame General Thrawn, protagoniza la imagen principal de «Thrawn: Alliances», un libro escrito por Timothy Zahn que desarrollará el primer encuentro entre el Lord del Sith, cuando todavía era bueno, y el hombre azul.

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