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Fotograma de la película «Lion»

«Lion», la conmovedora historia real de Saroo Brierley

Garth Davis lleva a la pantalla la historia de determinación de un joven por encontrar a su familia 25 años después de haberla visto por última vez

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«Mi madre adoptiva decoró mi cuarto con un mapa de India, lo colgó al lado de mi cama. Me levantaba cada mañana viendo ese mapa y era la manera de mantener ese recuerdo vivo». Gracias a ese recuerdo, Saroo Brierley consiguió encontrar el camino a casa.

La historia de «Lion» es, al menos a primera vista, sencilla. Un joven llamado Saroo, interpretado por Sunny Pawar, vive en una pequeña ciudad de la India. En la calle, perdido de su familia, lucha por no ser llevado a un hogar abarrotado de niños abandonados. Un día, sube a un avión en dirección a Australia donde conoce a sus nuevos padres adoptivos (Nicole Kidman y David Wenham). Sin embargo, veinticinco años después, un adulto Saroo (Dev Patel) no puede dejar de pensar en las piezas que le faltan de su identidad: ¿De dónde viene? ¿Por qué se perdió de su familia? ¿Estarán bien?

«Fui a la estación de tren con mi madre y mi hermano para coger uno. Pensé 'bueno, voy a quedarme dormido y ya me despertarán'. Sin embargo, cuando abrí los ojos el vagón estaba vacío. Estaba en un tren fantasma que llevaba a ningún sitio», recuerda el verdadero Saroo Brierley. Solo hemos visto lo que es el planteamiento de la película, o la vida de Brierley, un chico perdido que encuentra un hogar en otro país. Parece algo demasiado concreto, pero ¿quién no se ha sentido perdido en algún momento? ¿Quién no se ha preguntado por qué está aquí? «Lion» muestra que saber qué queremos con valor y determinación es el primer paso para conseguirlo.

Cuando se adapta una historia real al cine, muchos detalles se pierden. Sin embargo, Luke Davies decidió poner sus focos en la situación contemporánea de nuestro mundo. Cuando Saroo llega a Australia y lucha con la cultura que encuentra en esta nueva casa, el equipo se centró en cómo el protagonista empieza a dar de lado a sus raíces para poder integrarse. Pero él sabía que no podría aceptar del todo a su cariñosa familia australiana hasta que conociera lo que ocurrió en la India.

«Hay quién dirá que era como encontrar una aguja en un pajar, pero tenía flashes de lugares a los que solía ir, flashes de caras de mi familia», cuenta Brierley. «Un día mirando en Google Maps me di cuenta de lo bueno que era Google Earth. Empecé a pensar en las posibilidades que me ofrecía. Busqué hasta que llegué a una estación de tren que se parecía a la que tenía en mi memoria. Todo encajaba», añadía.

Así que se montó en un avión en dirección a su ciudad natal. Una vez allí, se plantó en la puerta de la casa en la que había nacido. «Caminé unos 15 metros y al bordear la esquina me encontré con tres mujeres. La de en medio dio un paso al frente y pensé: 'esta es mi madre'», relata. Al instante, la mujer se acercó a él para abrazarle y conducirle hasta dentro de la casa, donde estaban sus hermanos. Apareció en el interior como un fantasma para conmoverlos a ellos (y a nosotros): «Al fin la familia estaba unida de nuevo». Por suerte, y gracias al trabajo del equipo de «Lion», no solo podemos ver la historia, también podemos ver imágenes reales de este encuentro.

«Lion», como decía Nicole Kidman, llega en el momento adecuado. Puede que si hubiese llegado hace seis años se hubiese perdido entre los escándalos de la época. Sin embargo, ahora nos hace más conscientes de la situación que estamos viviendo. Además de hacernos ver lo que sufren millones de personas día a día al estar separadas de su familia a causa del contexto en el que viven; también nos hace más conscientes de que, con la globalización, debemos mantener el encanto de nuestras diferencias. No importa nuestro lugar de nacimiento, el color de nuestra piel o el Dios al quien oramos.

Puede que «Lion» no cambie por sí sola las cosas, pero lo cierto es que nos trae, delante de las narices, una historia que no dejará indiferente a nadie y que iniciará más de un efecto mariposa que ojalá si sea suficiente para empezar a modificar la situación que se vive en el continente asiático.

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