Entrevista exclusiva a la nieta de Hitchcock

«Hitchcock no era extraño, todo era parte de su humor, era un maestro de su propia publicidad»

Mary Stone, nieta del maestro del suspense, recuerda a su abuelo y reconoce que la Academia le debía un Oscar como director

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Conocido universalmente como el maestro del suspense, Alfred Hitchcock era un voyeur, y muchas veces rozaba lo perverso. Dio forma al cine moderno pero también rompió los límites del séptimo arte imitando con su cámara la mirada de una persona. Porque el cineasta siempre supo hacia dónde ver y, sobre todo, hacia dónde quería que su público mirase. Sabía cómo hacer que la platea picase el anzuelo. Con sus «Macguffin» —término acuñado por él mismo— creó una atmósfera única; ideó un señuelo perfecto con el que daba dinamismo a la trama, y despistaba al espectador del argumento real de sus filmes.

«Vértigo», «Psicosis», «La ventana indiscreta» o «Los pájaros». Catorce de sus mejores películas han sido reeditadas por Sony en el pack «Alfred Hitchcock, la colección definitiva», que ya está a la venta.

Mary Stone, nieta del siempre peculiar cineasta, recuerda a su abuelo y explica por qué la Academia le debía un Oscar como director.

-¿Cuáles son sus mejores recuerdos de su abuelo Alfred Hitchcock?

Diría que el tiempo en familia que pasamos juntos. Éramos una familia bastante pequeña y pasamos mucho tiempo juntos, con mi abuelo y mi abuela, En los cumpleaños, las fiestas, las cenas... ese tipo de cosas. El tiempo en familia es lo que más valoro en comparación con la vida pública de mi abuelo.

-¿Cómo lo definiría?

Era muy cariñoso. Mantuvo a su familia fuera del ojo público tanto como pudo. Era muy divertido y muy diferente al personaje mediático que se creó. Era bastante normal, siendo honesta.

-¿Cuál cree que es el mayor prejuicio que la gente asocia con su abuelo?

Probablemente que era muy extraño, porque no lo era en absoluto. Fue el maestro de su propia publicidad y creó una imagen que tuvo mucho éxito. Tenía una mente brillante y todo era parte de él y parte de su humor, pero yo diría que era mucho más normal de lo que la gente esperaría.

-¿Cuándo fue la primera vez que vio una película suya?

La primera película que vi fue Rebecca (1940) y es una especie de historia divertida, porque era antes de las cintas de vídeo o DVDs. Así que alquiló un proyector para que la viéramos juntos en su casa de Bel Air. Me acuerdo que nos sentamos a esperar, y él no era capaz de hacer funcionar el aparato. Mis hermanas y yo no parábamos de pensar: «Oh, Dios mío, vamos a estar así para siempre». Pero finalmente lo consiguió.

-¿Su favorita?

Me encanta La ventana indiscreta (1954), es una de mis favoritas de toda la vida. También me encanta volver a ver Los pájaros (1963), igual que Pero... ¿quién mató a Harry? (1955) No tengo una sola favorita, me encanta bastantes.

-¿Cuál es la que más le perturba?

Diría que Los Pájaros. Recuerdo verla de niña e ir al set. Se estaba rodando en Universal y un par de pájaros se habían soltado. Estaban volando y todo el mundo intentaba atraparlos. Fue un escándalo. Y, claro, de repente, vi la película terminada y me pareció aterradora. Psicosis (1960) también me dio bastante miedo. La vimos en una fiesta de pijamas cuando tenía diez u once años. Había invitado a diez amigas, y recuerdo que estaban tan petrificadas que no se movían ni para ir al baño.

-¿Ha visitado muchos sets de rodaje?

No nos pasábamos la vida en los rodajes, pero sí fuimos a visitar unos cuantos que filmó en Universal. Cuando empezó a trabajar allí íbamos mucho a su oficina y comíamos con él en su comedor privado, pero nos habría gustado hacer mínimo una visita por película.

-¿Cuál de todos los que visitó le impresionó más?

Recuerdo que fue justo después de Mary Poppins (1964) y Julie Andrews actuaba en Cortina rasgada (1966). Estábamos caminando y vimos que ella venía hacia nosotros. Nos la presentaron y era maravillosa, muy amable y dulce, y guapa. Fue un gran regalo para nosotras.

-Hablando de comidas, ¿es cierto que su abuelo solo comía bistec o es un mito?

Él comía filetes más que otra cosa, es cierto. Pero por supuesto que no era lo único, también comía bastante pescad, solo que en el estudio pedía filetes para almorzar.

-¿Cuánto tiempo pasaba con sus abuelos?

Nos veíamos mucho porque solo vivíamos a 15 minutos. Los fines de semana que los visitábamos, y los jueves solían ir a cenar al Chasen y a veces nos uníamos.

-¿Llegó a pasar tiempo también con alguna de las estrellas de sus películas?

Conocimos a muchas, pero no salimos con ellos. Eso era parte de la vida social de mis abuelos.

-¿A quién le emocionaba más conocer?

A Cary Grant y Jimmy Stewart. Los dos eran muy amables y simpáticos, y mis abuelos los adoraban. Nos reunimos con ellos un par de veces y eran realmente buena gente. No me desmayé cuando conocí a Jimmy Stewart, pero fue algo difícil mantenerme en pie con Cary Grant. Era tan maravilloso. Una vez se me acercó y me dijo: «Hola, soy Cary Grant», y yo me quedé allí pensando: «¡Oh, Dios mío!».

-¿Le hizo alguna vez Hitchcock alguna de sus famosas bromas?

A nosotras no. Nunca tuvimos comida teñida de azul o tarjetas con nombres cambiados.

-¿Conserva algún recuerdo suyo?

En cada una de sus películas le daban una copia encuadernada en cuero del guión. Tengo una treintena. Recuerdo que cuando era pequeña los tenía en su estudio y me encantaba ir allí y leer los libretos. Cuando murió, y más tarde lo hizo mi abuela, quise tenerlos. También tenemos varios premios que le dieron durante su carrera.

-¿Cuál cree que es el legado de su abuelo?

En lo referente a sus películas, es que siguen vivas generación tras generación. Mis hijas son ahora la cuarta generación y han estudiado cosas de Hitchcock en la Universidad del Sur de California. Su trabajo sigue siendo estudiado, y creo que eso es algo bastante sorprendente.

-¿Con qué frecuencia ve sus películas?

Con bastante, especialmente mi marido. Está loco por sus películas y siempre las está viendo. Todavía las disfrutamos.

-¿Cómo cree que le gustaría a él ser recordado?

Su objetivo siempre fue entretener al espectador y se notó cuando lo consiguió, así que creo que le encantaría ser recordado como alguien capaz de entretener a la gente.

-Cuando la gente descubre que es su nieta, ¿qué quieren saber?

Si alguna vez lo conocí y si alguna vez conseguí su autógrafo. Nunca le pedí su autógrafo, en realidad; lo tenemos en cosas pero nunca dije: «¿Me puedes dar tu autógrafo?».

-¿Qué piensa sobre el olvido de los Oscar? Solo le concedieron uno, y fue el honorífico.

Bueno, el honorífico no fue un Oscar, fue un premio conmemorativo de Irving G. Thalberg, y creo que fue robado. Debería haber ganado un Oscar de mejor director. Nunca habría admitido que le molestaba, pero creo que cuando alguien es tan exitoso como él todavía le habría gustado el reconocimiento de sus compañeros, así como del público. Simplemente no estaba destinado a ser para él. Me hubiera gustado verlo ganar uno, y estoy convencida de que a muchas personas también.

-¿Su actriz favorita de Hitchcock?

Grace Kelly de lejos. Eran muy amigos y ella era maravillosa en persona. Cuando lo sabías y luego la veías en pantalla, o incluso si no la conocías personalmente, era tan amable y hermosa. Es una de mis actrices favoritas de todos los tiempos, y no solo por estar en las películas de mi abuelo.

-¿Su villano preferido del universo hitchcockiano?

Anthony Perkins en Psicosis era espeluznante. No sé si es mi favorito, pero definitivamente fue el más espeluznante, eso seguro.

-¿Siente que su abuelo sintió que había logrado todo lo que había deseado conseguir?

Creo que estaba feliz con su legado. Fue difícil para él cuando la edad tomó la delantera y tuvo que reducir la velocidad. Si hubiese sido su decisión, habría seguido trabajando, y de hecho quería hacer otras películas, pero luego mi abuela sufrió una serie de golpes y eso le restó mucha fuerza a todos los niveles. Tenía que dedicarle mucho más tiempo y energía, lo que quería, pero al mismo tiempo perdió el control sobre en lo que su vida se estaba convirtiendo y no había nada que pudiera hacer al respecto. Creo que fue muy difícil para él manejar la situación porque él habría seguido trabajando si pudiera.

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