Mel Gibson: de icono de Hollywood a director «violento» y «antisemita»

Parece que Mel Gibson está abonado al escándalo. El oscarizado actor, que ha llenado titulares de prensa gracias a magníficos trabajos pero también a una vida personal turbulenta y con numerosas salidas de tono, tuvo que presenciar en su día como Hollywood decidía cerrarle las puertas durante más de una década. La Industria, tras años de escándalos, optó por dejar de rendir pleitesía al director, calificado en demasiadas ocasiones de «agresivo» y «antisemita» por parte de su círculo más íntimo.

«La Pasión de Cristo» fue uno de los grandes encontronazos de Gibson con la polémica. Tras el estreno del filme fueron varios los colectivos que criticaron el tratamiento que el director daba a los judíos en la controvertida cinta, calificada por sectores de la crítica como «excesivamente violenta».

No fue la única vez. En 2012 Gibson fue acusado de antisemitismo por el guionista de Hollywood Joe Eszterhas, quien decidió publicar una dura carta abierta en la que acusaba al cineasta de abandonar el filme «Los Macabeos» debido a su «antisemitismo».

«He llegado a la conclusión de que la razón por la que usted no hace 'Los Macabeos' es que odia a los judíos», afirmaba Eszterhas en una misiva de nueve páginas en la que asegura que el oscarizado actor 'maltrataba' al colectivo. «Creo que anunció el proyecto a bombo y platillo —como un Braveheart judío— en un claro intento de desviar las constantes acusaciones de ser antijudío que le han perseguido y que han afectado a su carrera». «Qué se puede esperar de alguien que dijo que John Lennon fue asesinado por tener un complejo de Mesías», señalaba el guionista en el texto.

Precisamente Eszterhas fue objeto de uno de los ataques de ira de Mel Gibson que, además, trascendió a los medios debido a una grabación filtrada por el guionista y en la que Gibson, fuera de sí, arremetía contra el trabajador. «¿Por qué no tengo un primer borrador de The Maccabees? ¿Qué cojones has estado haciendo?», espetaba el director a Eszterhas. En la grabación filtrada a TMZ Gibson también critica duramente a su exnovia rusa, Oksana Grigorieva, con quien mantuvo una disputa judicial en 2010 tras ser acusado de agresiones.

Insultos en estado de embriaguez

El peor trago para el director llegó tras ser detenido en Los Ángeles en estado de embriaguez. Gibson no dudó en preguntar al agente que frenó su coche si era judío para, acto seguido, afirmar que el colectivo era responsable «de todas las guerras del mundo». En esta ocasión el actor no pudo negar las acusaciones, que formaban parte del acta policial, y se vio obligado a emitir un comunicado solicitando el perdón de la comunidad judía:

«Soy un personaje público y cuando digo algo, aunque haya sido articulado y elaborado, o incluso dicho sin querer, en un momento de demencia, mis palabras tienen peso en la opinión pública. Por ello, debo asumir la responsabilidad de mis palabras y pedir disculpas directamente a quienes se han sentido heridos u ofendidos por ellas. Los principios que profeso hablan de caridad y tolerancia como una forma de vida. Todo ser humano es hijo de Dios, y si deseo honrar a mi Dios, tengo que honrar a sus hijos. Pero, por favor, sepan que, de corazón, no soy antisemita. No soy un intolerante».

Críticas por «Apocalypto»

El estreno de «Apocalypto» tampoco estuvo libre de polémica. La cinta centrada en la civilación maya fue premiada por la crítica (tres candidaturas al Oscar en categorías técnicas y nominación a los Globos de Oro), pero no logró escapar del escándalo. De hecho, una profesora de la Universidad de California en Northdridge pidió la disculpa pública de Gibson por los insultos proferidos por la estrella a su paso por el centro educativo para presentar el filme. Según el relato de la docente, Gibson no pudo contener su ira tras conocer la opinión de la experta, quien acusó al director de ofrecer una representación falsa de la cultura maya.

El perdón de Hollywood

En una entrevista con ABC este mismo año, Gibson reconocía haberse sentido excesivamente castigado por su conducta. «Sí, sí lo he estado [castigado] en el pasado. Diez años no es justo», afirmaba el director, otrora un icono que debido a sus exabruptos entró en la lista negra de Hollywood. Gibson vuelve ahora con «Hasta el último hombre», que retrata historia real del objetor de conciencia Desmond Doss (Andrew Garfield) durante la sangrienta batalla de Okinawa, un trabajo con el que el americano pretende ganarse el perdón definitivo y enterrar, de una vez por todas, los años más oscuros de su pasado.