La directora Naomi Kawase junto al protagonista de su filme «Hacia la luz»
La directora Naomi Kawase junto al protagonista de su filme «Hacia la luz»

Festival de CannesNaomi Kawase tampoco da en el blanco y cada vez hay menos balas

Este año la lucha por la Palma de Oro no anda sobrada de potencia armamentística

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La directora japonesa Naomi Kawase, que hace cine como si le pusiera un fonendoscopio al pecho de la naturaleza, a la que le saca música, toses y carraspeos, se ha presentado a la competición de Cannes con «Hacia la luz», una delicada historia, diminuta, esponjosa de emociones, volcada en asuntos tan mariposeantes como la descripción en palabras de los sentimientos de una imagen, cuando no hay posibilidad de verla: la protagonista es una joven que traduce a voz e impresiones películas para un auditorio de ciegos.

La actriz es Ayame Misaki, con una de esas caritas dulces que hubieran vuelto loco a Chaplin, aunque aquí el ciego es él, Masatoshi Nagase, una especie de John Wayne del cine japonés que interpreta ahora a un fotógrafo que ha perdido la vista.

«Hacia la luz» no llega al temblor de «El bosque de luto», ni al fulgor poético de «Aguas tranquilas», ni al dulce encanto de «Una pastelería en Tokio», pero sí tiene ese paladeo de los sentidos y el sobeteo sentimental tan propio de todo su último cine, y se ha querido ver en ella un homenaje al séptimo arte, aunque sea, con mayor precisión, un homenaje a la luz, y contiene todo ese empaquetado natural, sensible y terapéutico de la mirada de esta directora japonesa.

Tal vez resulte en exceso delicada y melosa de sentimientos como para golpear con fuerza, y eso le reste opciones para barrer al resto de competidores, aunque este año la lucha por la Palma de Oro no ande sobrada de potencia armamentística.

Una serie en la proyección especial

Con el sello de proyección especial se ha ofrecido la segunda temporada de la serie «Top of the Lake», dirigida también por Jane Campion y con Elisabeth Moss en el papel de la inspectora Robin Griffin. Se titula «China Girl» y a ella se ha incorporado Nicole Kidman, que está por todos los rincones de esta edición del Festival, con dos títulos en la sección de competición, y varios más repartidos por las secciones paralelas.

Aquí, Kidman hace un notable trabajo encarnando a un personaje de madre separada, lesbiana, con una hija carne de cañón y que pide bofetada en cada una de sus intervenciones. Pero el asunto es un «thriller» angustioso, y el primer capítulo es de reconocimiento de personajes, cardado de la trama y de la personalidad de los protagonistas, y seguimiento de una maleta llena de cadáver que flota ya cerca de la orilla a la espera de que la recoja… Se tira la caña, se muerde el anzuelo, se recoge el sedal…, y ahí está uno abocado a la espera de que siga el resto de capítulos de esta serie, y las temporadas que sean menester.

No es por poner nervioso a nadie, pero ya solo falta media docena de películas por salir a la competición y aquí todavía no se ve ni rastro de la Palma. Por supuesto, es una impresión personal basada exclusivamente en un olfato no muy de fiar, y tal vez sí hayamos visto ya la Palma de Oro, pero lo que no hemos visto, eso seguro, es la gran obra que la merezca.

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