Donald Sutherland y el cambio climático templan un día frío en el Festival de San Sebastián

El intérprete presenta su último filme, «Una obra maestra», el día que recibe el homenaje del Premio Donostia

Donald Sutherland, en el Festival de Cine de San Sebastián EP
Fernando Muñoz

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Había pedido el festival que no se preguntara nada a Donald Sutherland ajeno a su carrera, pero en cuanto un periodista árabe abrió tímidamente la puerta de las preguntas políticas, el actor canadiense entró a empujones y comenzó a hablar del Brexit, de las leyes migratorias y del cambió climático para regocijo de los periodistas, que incendiaban las teclas. «Tengo hijos y nietos, y el mundo que les voy a dejar no es un mundo en el que van a poder vivir. Hablo en serio, la actitud de la ONU es una mierda», explotó el segundo premio Donostia de la 67 edición del Festival de San Sebastián para desesperación de la organización.

A sus 84 años, el canadiense sigue tan activo como cuando rodaba con Fellini, Bertolucci, John Sturges o Robert Aldrich hace cinco décadas. Aunque ahora sus papeles son bastante más limitados, como el que tiene en la película que aprovechó para presentar aquí con motivo de su homenaje, «Una obra maestra», o la recién estrenada «Ad Astra», con Brad Pitt.

Pero retirarse no es una opción:«No tengo dinero para vivir de las rentas, alimento a muchas bocas. No me puedo jubilar porque mi vida es el trabajo. Esto es una pasión. Los personajes que he interpretado me han dado disfrute y libertad para vivir la vida que nunca me hubiera atrevido a vivir», dijo el intérprete, que con cada intervención se llevaba la ovación de alguno de los presentes. Eso sí, no eligió entre ninguno de los más de cien papeles que ha interpretado en su trayectoria: «No puedo, es como preguntarme cuál es mi hijo favorito».

«Cuando empecé, nunca fue mi intención ser más que un actor de teatro. En los 60 ya pasé a la televisión y cuando pude hacer cine me lo pasé maravillosamente bien. Me encanta hacer películas. He trabajado con alguno de los mejores, desde Aldrich a Fellini y ahora James Gray», confesó el intérprete, que sin embargo no quiso hablar de sus vecinos del sur. «No sé nada de Hollywood... Vivo en Miami, en Canadá, en Francia... No trabajo allí», sentenció.

Aunque eso sí, tuvo tiempo para presumir de la política que tiene su país frente a Estados Unidos. «Soy canadiense, mi país acepta refugiados... Mis abuelos fueron refugiados, que lo sepan ustedes. Sé que la situació de ellos es desesperada, y en Estados Unidos es increíble», relató.

El otro invitado

Con los títulos a competición de Sección Oficial ya agotados y exprimidos, el canadiense de 84 años compartió el protagonismo de la jornada con Javier Bardem, que aterrizó para presentar «Santuario», un documental sobre el deshielo en la Antártida que protagoniza junto con su hermano Carlos. El día tibio que entraba desde la Concha y desde la Sección Oficial se convirtió en un mitin contra el cambio climático. « Veo a Greta Thunberg como un milagro, es justo lo que hacía falta . Aunque,por otro lado, no le debería tocar subir a un barco, faltar a clase, convivir con la presión con la que esta pobre chica está conviviendo, porque se ha casado con un activismo muy “heavy”. Trump y los negacionistas no paran de tirarle flechas envenenadas, lo cual es muy injusto», apreció el actor, que, por si alguien tenía alguna duda, presumió de que no iba a dejar de soltar sus opiniones políticas:«La autocensura no está en mi apellido».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación