Las diez escenas más emotivas de la historia del cine

Desde la declaración de amor de Love Actually a la vida del abuelo de Up pasando por la pasión ahogada de Clint Eastwood y Meryl Streep

Cinema Paradiso, el mejor homenaje al séptimo arte

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1

Love Actually

Intenta no emocionarte con esta declaración de amor en silencio, solo con palabras escritas. «Love Actually» es ya uno de los clásicos del cine romántico por excelencia. Ambientada en Reino Unido y a escasos días de la Navidad, el filme entrelaza una serie de divertidas y conmovedoras historias de amor.

En la película, cada uno de los personas, independientemente de su status social o profesional, se ven inmersos en los aspectos más ingenuos, divertidos, estúpidos y tristes del amor. Pero siempre nos quedaremos con esta escena:

2

Up

La emoción del amor no está solo en las comedias románticas o en el drama; ni se da solo entre los jóvenes. Y para muestra, la película de animación de Pixar «Up». La magistral secuencia en la que se recorre toda la historia de los protagonistas y se condensa en apenas unos minutos es un prodigio. Un tobogán de emociones que van desde la risa hasta la nostalgia pasando por la lágrima del adiós.

3

Los puentes de Madison

Clint Eastwood bajo la lluvia, aguantando una mirada eterna a Meryl Streep que se desde el coche se debate entre qué camino escoger. El suave piano de fondo y la voz en off que cuenta los pensamientos de la protagonista completan una secuencia inolvidable. Y todo se cierra cuando entran los instrumentos de cuerda y la mano de Meryl Streep sujeta el manillar de la puerta.

4

Casablanca

Todo el mundo recuerda el «Siempre nos quedará París», pero aquí nos queremos fijar en otra línea de diálogo de esas que se pegan como un chicle en la memoria: «El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos». Ahí es nada.

5

Cold War

La mejor película de 2018 para los críticos de ABC contiene varias escenas cargadas de una emoción contenida que no explotan hasta el final. Pero para no desvelar ese cierre fascinante, antes recordamos alguno de los encuentros y desencuentros de la película de Pawel Pawlikowski que son impresionantes.

6

Master of None

La serie «Master of None», una de las mejores de Netflix, surge de la mente de Aziz Ansari, su co-creador, protagonista y director de algunos episodios, y con tintes autobiográficos. Tiene momentos magistrales, como el arranque en blanco y negro de la segunda temporada; pero como aquí estamos hablando de momentos emotivos, ninguno mejor que el plano secuencia de seis minutos con el protagonista viajando en silencio en el asiento trasero de un Uber mientras se debate qué hacer con su pareja. Sin artificios, solo emoción.

7

Ghost

Demi Moore en brazos de Whoopi Goldberg asumiendo el trágico destino de su pareja, Patrick Swayze. Y en esas que gracias a la magia de los efectos especiales el fantasma del fallecido reaparece para un último adiós. Si la famosa escena del barro no era suficiente, este lacrimógeno adiós pasó a la historia de los blockbusters.

8

Cinema Paradiso

El regreso de Salvatore a los recuerdos de su infancia cuando vuelve a pisar el Cinema Paradiso se han convertido en un clásido imborrable del cine. Difícil no emocionarse en varios momentos, pero el que más nos gusta, para no caer en el tópico, es la conversación entre «Toto» y Alfredo a espaldas del Mediterráneo.

9

La vida es bella

No hay nada que contar que no se haya dicho mil veces de La vida es bella. El mejor trabajo de Roberto Benigni es un tratado de sentimientos y emoción. Solo recordar alguna de las frases y gestos de Guido en mitad de tanto horror emocionan.

10

Coco

Una ciclogénesis explosiva de lágrimas es lo que provoca el joven Coco cuando canta ante su abuela la canción «Recuérdame». Un homenaje al amor familiar entre abuelos y nietos con el que, si no te emocionas, es porque no tienes nada dentro.

11

(Bonus track). El cortometraje Memorias de un corazon

La ficción está bien, pero siempre es superada por la realidad. Aquí hemos hablado de películas de todo tipo, desde comedias románticas hasta dramas pasando por animación, pero ninguna llega a la altura emocional de este premiado cortometraje en el que un entregado señor describe su día a día junto a su esposa, que sufre el mal de Alzheimer. Quien aguante hasta la última escena no se arrepentirá.

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