«La decisión del rey» (***): Clase de Historia y cine con clase

Hecha con elegancia, serenidad, con calculada emoción y mirada intimista

Los protagonistas se hacen pequeños ante la inmensidad de la Patagonia
Oti Rodríguez Marchante

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En abril de 1940, los nazis entran en Oslo, y el Rey Haakon ha de asumir una responsabilidad que el Gobierno noruego se siente incapacitado para resolver: la de mantenerse «neutral» como territorio ocupado o la de entrar en guerra contra el poderoso ejército alemán. Es una película histórica y su director, Erik Poppe , pretende enfocar en la figura del Rey, en sus movimientos familiares y políticos, en sus dudas y en su sentido de Estado todo el peso de una decisión crucial para su pueblo.

Él es el punto de vista de la película, aunque se pasea también por otros (el de su hijo Olaf, el del embajador alemán, y hasta el de un muchacho dispuesto a dar la vida por la Patria y el Rey), lo que le otorga al conjunto un solemne sentido democrático y una elogiosa impresión de la institución monárquica, con grandes momentos que se refieren a su elección como Rey y su llegada a Noruega (se lo cuenta a su hijo, entonces un niño) en 1905. Hecha con elegancia, serenidad, con calculada emoción y mirada intimista, y con muy buen pulso en el ensamblaje de los momentos de acción y de reflexión.

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