«Un día más con vida» es un híbrido dedicado al caos de la guerra

Los experimentos pueden explotar antes de tiempo, no es el caso de « Un día más con vida ». La cinta española se presentó, sin competir, en la sección oficial del Festival de Cannes robando el corazón de los críticos. Este novedoso híbrido entre animación y documental recoge el viaje del escritor polaco Rysarzd Kapuscinski a las entrañas de la selva angoleña durante los primeros compases de la guerra civil en el país africano, cuando los portugueses abandonaron la colonia. Dirigida por el español Raúl de la Fuente y el polaco Damián Nenow, el filme, sorprendentemente dinámico, mantiene el corazón en su lugar mientras ejerce un equilibrio malabar entre las imágenes dibujadas con entrevistas a los protagonistas y escenas reales de la guerra. «Lo primero que decidimos fue la estética de la película. Esa combinación de imágenes entre animación y estilo documental. Después viajamos a Varsovia a entrevistar a la viuda de Ricardo, que nos dio el permiso para rodarla y nos confesó que a él le hubiera gustado mucho. La idea conceptual desde el principio fue hacer un híbrido de estas características», nos confiesa Raúl en la terraza de los periodistas en Palais del Festival .

El realizador admite que su imaginación contribuyó a la decisión de mezclar imágenes dibujadas con testimonios reales. «La elección de la animación fue algo que no pude rechazar. Una corazonada. Cuando leía los libros de Kapuscinski veía películas en mi mente. Leyendo sobre los portugueses abandonando el puerto con todas aquellas cajas, recordaba a Marco , la serie que yo veía cuando era pequeño. Me dije, imagínate esto combinado con el testimonio real de las personas que lo han vivido. Un híbrido como este no se había hecho nunca y he decidido atreverme, ¿por qué no? La idea de utilizar la animación no es para suavizar la violencia. Este es un viaje suicida al corazón de las tinieblas para que el espectador sienta lo que vivió Kapuscinski. También es un homenaje a los periodistas que toman parte de manera obligada y a los civiles que mueren en los conflictos bélicos. Carlota es la persona que hemos elegido para representar al pueblo angolano. Ella lanza un mensaje muy claro a Ricardo, sabe que va a morir pronto y quiere que su vida, su lucha, sea recordada, por eso le pide que escriba su historia. Me resulta emocionante presentar en Cannes a Carlota sonriendo de nuevo a través de las imágenes. Devolver a la vida a las personas anónimas define muy bien el carácter de Ricardo», reconoce Raúl.

El periodismo intencional de Kapuscinski, un hombre que veía mal escribir sobre la gente sin vivir al menos un poquito lo que ellos vivian, es parte de la magia del filme «Un día más con vida». En las imágenes, percibimos a Ryszard cuestionar su neutralidad, dejando a un lado la política para mostrar el aspecto personal de la guerra. «Solo nos pusimos un limite desarrollando esta película y fue no juzgar nunca a Kapuscinski . Él se juzga a si mismo. En un momento determinado se encuentra reevaluando su papel como periodista, como artista, como escritor. Si él se cuestiona a sí mismo durante esa transformación no había espacio para que nosotros lo hiciéramos. El mensaje de esta película, tan universal, es que cuando socialmente existe confusión, cada acción que se genera ocasiona más caos. Es lo que está ocurriendo ahora mismo en Siria y en Ucrania. La guerra fría que vivimos es el principio de esa confusión imposible de sanar. Nunca vamos a ganar mientras exista el caos. Kapuscinski entendió la confusión y desarrolló un nuevo estilo de reportaje enfocado en la gente, recuperando la dignidad de la gente, porque sabia que ellos eran los verdaderos protagonistas». Para el director español poder estrenar su película en Cannes tras diez años dedicados al proyecto no solo es un triunfo sino «un sueño hecho realidad».