«La Calderona» vuelve al barrio

El retrato «Alegoría de la vanidad», que los expertos relacionan con la actriz que fue amante de Felipe IV, se exhibe temporalmente en la Casa Museo de Lope de Vega

Fragmento del cuadro «Alegoría de la vanidad»
Sara Medialdea

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Una bella joven , ataviada con un lujoso vestido bordado, se peina su larga melena junto a una mesa llena de joyas. A su lado, una mujer de oscuro la ayuda o reconviene, según el intérprete. Es la «Alegoría de la vanidad» , un cuadro de autor desconocido, del primer tercio del siglo XVII, que ha dejado por unos meses su habitual emplazamiento, en el Monasterio de las Descalzas Reales, y que la consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid exhibirá como «pieza invitada» hasta el 17 de junio en la Casa Museo de Lope de Vega.

El cuadro podrá verse, en el Estudio que fuera del genial literato, durante el horario habitual de la Casa Museo, de martes a domingo y entre 10 de la mañana y 18 horas, con entrada gratuita. Pero también podrán realizarse visitas guiadas con especialistas que explicarán los pormenores de la pintura y de sus protagonistas: los jueves y viernes, a las 13.00h, previa cita solicitada aquí.

Todo es misterio alrededor de esta pintura, de las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional , en torno a la cual se entremezclan la historia y la leyenda. Se dice que podía tratarse de un retrato de «La Calderona», apodo con el que se conocía a la actriz María Inés Calderón, una niña huérfana que el prestamista Juan Calderón -para otros, Cristóbal-, una especie de productor teatral de la época, encontró a las puertas de su casa siendo bebé, y adoptó, convirtiéndola con el paso del tiempo en una famosa actriz.

Cuentan que debutó con 16 años en el Corral de la Cruz, representando una obra de Lope. Dicen que el rey Felipe IV la conoció entonces y la convirtió en su amante. Otros cuentan que la amante real no fue ella sino su hermana Juana, también actriz, y que María Inés murió de hecho en la más absoluta miseria después de casar y enviudar dos veces.

El hijo

Pero volvamos a la historia: fuera María o Juana, con una de ellas tuvo el rey un hijo, Juan José de Austria , separado de su madre y criado como príncipe, y que más tarde fue reconocido por el propio Felipe IV -a la sazón, con un problema grave de sucesión- en 1642. La pasión del monarca por la actriz le llevó a retirarla de la escena, y a mostrarse en público con ella, lo que dio lugar a muchos comentarios y a serios problemas conyugales para Felipe IV con su primera esposa, Isabel de Borbón.

Tal era el enamoramiento del rey, que le hizo instalar un balcón en la entonces calle de Boteros -junto a la Plaza Mayor-, que los madrileños conocían como «el balcon de Marizápalos».

Según relata Victoria Cano , educadora que explica durante estos días de visitas el significado del cuadro en la Casa de Lope de Vega, la actriz fue obligada a retirarse finalmente a un convento, el de Valfermoso, en Guadalajara. Y hasta allí le persiguió la capacidad de fabulación sobre tan poderoso personaje : vuelve la leyenda a decir que la monja huyó del convento, y que terminó sus días convertida en bandolera en la sierra que desde entonces lleva su nombre, la de La Calderona.

¿Qué hay de cierto y qué de fantasía en lo dicho? Es difícil trazar la línea que separa realidad de ficción. Está documentado, en escritos del Gremio de Autores , que la actriz María Inés Calderón murió pobre y en la calle; que el rey Felipe IV tuvo más de 30 bastardos y Juan José de Austria fue el único que reconoció en vida el monarca; que algunos historiadores, el primero de los cuales fue Elías Tormo , identifican a La Calderona en el cuadro «Alegoría de la vanidad»; que éste ha estado siempre en una capilla del Convento de Las Descalzas, junto a otro de Juan José de Austria, su presunto hijo... Para desvelar todos estos misterios , nada mejor que visitar la Casa Museo de Lope de Vega.

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