Tres por Cuatro, apuesta por el mercado

Es una atractiva casa de comidas. Apenas cuatro mesas para dos dentro de lo que es un puesto del mercado de Torrijos

Carlos Maribona

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Comer en los mercados empieza a ser algo habitual. Abrió el fuego el de San Miguel, convertido en una atracción turística con escaso interés gastronómico , y se extendió luego por el resto. Pequeños restaurantes instalados entre los puestos tradicionales donde se puede comer tras hacer la compra. En algunos, como en el de Vallehermoso, la oferta es ya considerable y el nivel de las cocinas por encima de la media. En un nivel más modesto, el multicultural mercado de los Mostenses es otro punto a tener en cuenta, en este caso con un punto más exótico. No estaba entre los más atractivos desde el punto de vista gastronómico el de Torrijos , pese a que tras su remodelación se abrieron varios espacios para comer. Desde hace muy pocas semanas, este mercado cuenta con un pequeño restaurante que merece la pena.

Situado en un lugar muy discreto, casi oculto tras un concurridísimo espacio de cocina de escaso interés que frecuentan los empleados del vecino Corte Inglés, Tres por Cuatro es una atractiva casa de comidas. Apenas cuatro mesas para dos dentro de lo que es un puesto de mercado, donde también se encuentra una mínima cocina, y otras cuatro algo más grandes situadas en el pasillo, junto a la entrada de la calle Hermosilla. No es un sitio cómodo, pero la cocina jutifica la visita.

Detrás del proyecto está Álex Marugán , quien tras ejercer como jefe de cocina de ese buen restaurante informal de fusión que es Barra M, ha decidido apostar por el recetario tradicional con algunos toques personales. Una cocina de mercado, nunca mejor dicho, ceñida a la temporada, que se refleja en una carta muy breve que cambia con frecuencia. El propio cocinero es quien atiende las mesas. Ya los torreznos que se sirven como aperitivo marcan la línea que quiere marcar este Tres por Cuatro, ajustada a la cocina de siempre. Como única excepción, unos tacos caseros (6 €, dos piezas) que recuerdan a los mexicanos de cochinita pibil, aunque aquí la carne es ossobuco y no se emplea achiote en la salsa.

Están ricos, pero se echa en falta algo más de picante. Salvo este guiño a las cocinas foráneas, la carta está protagonizada estos días por los guisos, como corresponde a la temporada de invierno. Muy buena purrusalda de bacalao (11), con un potente caldo a base de carcasas de codorniz y pollo de corral. Sabroso también el cardo guisado en una carbonara marina de anguila y calamar (10,50), al que le falta algo más de salsa. Y muy logrados unos callos con su pata y morro (9,75), en la mejor tradición madrileña.

Garbanzos con pulpo y butifarra blanca TRES POR CUATRO

Sólo hay dos postres. Unas peras estofadas al vino tinto (5) y una tarta de queso (6), de varios quesos en realidad, estupenda de sabor aunque ligeramente quemada por fuera. También es breve la oferta de vinos, pero están seleccionados con mucho criterio, saliéndose del sota, caballo y rey (algo tienen que ver los especialistas de esa buena tienda que es La Tintorería ), con precios contenidos y con la opción de tomarlos por copas. Buen sitio este Tres por Cuatro, para comer de forma satisfactoria con una factura final más que razonable.

Lo mejor: Los guisos.

Precio medio: 30 €.

Calificación: 7.

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