Joana Serrat
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Música

El talento «indie» femenino, de par en par

La Fundación SGAE y Monkey Week presentan una cita con ocho mujeres destacadas de la escena independiente en la Sala Berlanga

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El ciclo «De par en par» cumple en este 2016 su segunda edición con una amplia selección del talento femenino de la escena actual de la música independiente de nuestro país. A lo largo de cuatro días y en un formato de programa doble, en la Sala Berlanga actuarán Pavvla y Soleá Morente, el miércoles, 14 de diciembre; Cintia Lund y Aries, el jueves, 15; Las Odio y Papaya, el viernes, 16; y Rosalía & Raül Refree y Joana Serrat, el sábado, 17.

PAVVLA

Rostro familiar para todo aquel seguidor de una serie tan seguida en Cataluña como «La Riera», la jovencísima Paula Jornet se torna PAVVLA cuando suma a la interpretación -¿qué es ser cantante si no interpretar?- su otra pasión: la música.

Con una formación académica en composición dentro de las aulas del Brighton Institute of Modern Music y bregada en directo fuera de ellas en bares y clubs de Inglaterra, el folk pop crepuscular de PAVVLA ha seducido a propios y extraños con apenas un puñado de canciones –solo dos sencillos como adelanto de su álbum de debut, las bellísimas Young y Skin- y un par de incursiones en festivales escaparates de nuestro país, Primavera Club y Monkey Week. Savvia nuevva.

SOLEÁ MORENTE

Su apellido es sinónimo de arte, flamenco, raza. Emulando el duende de su madre, la bailaora Aurora Carbonell, y como su admirado y añorado padre Enrique, la mediana de los Morente no ha dudado en sacudirse la etiqueta de cantaora coqueteando –y cómo- con el pop y el rock. Sola o en excelente compañía como la de Los Evangelistas, Soleá Morente se está labrando una carrera propia, a la diestra del padre que diría otro maestro sureño y recordado, Silvio. Tan rompedora que tótems indies como J (Los Planetas) o La Bien Querida no dudan en escribirle canciones, tan atractiva que es capaz de telonear el mismísimo Bob Dylan sin desfallecer en el intento. El legado Morente está en buenas manos.

CINTIA LUND

El background vital de Cintia Lund bien parece sacado de una novela de viajes: nacida en Suecia, afincada en Canarias (ojo a su videoclip de Karma, con guiño a otro canario universal, Juan Carlos Fresnadillo), emigrada a Nueva York… No resulta para nada extraño pues el look de it girl que atesora esta personalísima artista, ni el desprejuiciado melting pot que aglutina su música: tendencias pop, inspiración folk y arrebatos R&B. Pero cosmopolita y universal, su discurso sonoro se eleva entre otras propuestas que parecen diseñadas para cubrir editoriales de revistas de moda por la increíble sensualidad que destilan sus composiciones y la epatante sinceridad que emana de cada uno de sus directos.

ARIES

«Lo he hecho todo yo sola. Cada sonido es mío, cada sintetizador, cada melodía, cada ritmo». Una auténtica declaración a lo Juana Palomo. Así de contundente se confesaba Isabel Fernández Reviriego, bilbaína intrépida a la que conocíamos por sus aventuras en Charades y Electrobikinis, al hablar de su último trabajo discográfico. Hemos tenido que esperar a un tercer álbum, el espléndido Adieu or die editado aquí por La Castanya y en Estados Unidos. por –oh sí, la compañía del legendario Calvin Johnson- K Records, para comprobar que a esta inquieta artista (apunte freak: su voz le sonará a los fans del doblaje español de «Hora de Aventuras») le sienta el DIY como un guante. Minimalismo pop digno de orfebrería.

LAS ODIO

Último exponente del «riot girrrl» en nuestro país, estas madrileñas de armas tomar son las dignísimas herederas de Las Vulpes. Basta echar un vistazo al título de su inminente álbum de debut –grabado con otro artesano del punk como Carlos Pereiro «Carlangas” de Novedades Carminha en la pecera- con tanta guasa y mala baba como cualquier hit de las bilbaínas: «Futuras esposas». Surgidas en el infrandergraun (como ellas mismas dicen) al amparo del colectivo feminista Sisterhood, Las Odio -pese a su beligerante nombre- se hacen querer gracias a esa naturalidad desopilante en directo y su andanada de píldoras certeras y urgentes contra el entumecimiento cerebral y la inopia muscular. ¡A bailar!

PAPAYA

Dicen de la papaya que tiene unas magníficas propiedades para facilitar la digestión de alimentos de difícil asimilación. Aplíquenselo a esta canaria de ascendencia chilena, Yanara Espinoza, que hace solo un par de años llamaba poderosamente la atención de cazatalentos indies con temas como El rey de las camas o Joyas en las trompas, auténticas gemas pop que seducían de ipso facto pese a lo dispar de sus influencias. Dos temporadas después y arropada aun por colegas como Miguel Aguas –con quien coincidió en Violeta Vil y miembro de Jonston, uno de los grupos desgraciadamente más infravalorados de la escena patria- y Sebastián Litmanovich (Cineplexx), su encanto natural suma y sigue.

ROSALÍA & RAÜL REFREE

Rosalía pertenece por méritos propios a esa hornada de novísimos talentos que nuestro flamenco no para de alumbrar en los últimos años. No en vano formaba parte de la banda que acompañó a Rocío Márquez en su concierto en Primavera Sound 2015, y comparte agente –también mujer, por más señas- con otro exitoso reformulador del género, Niño de Elche. Sumen además sus aplaudidos teloneos a primeras figuras como Miguel Poveda, o su colaboración como cantaora solista en un espectáculo de La Fura dels Baus estrenado en Singapur. Ahí es nada. En Raül Refree, Rosalía ha encontrado su doppelgänger creativo, otro experimentador nato sin miedo al riesgo y con respeto –que no pleitesía- a la tradición.

JOANA SERRAT

Cuestión de raíces. Las de la catalana Joana Serrat están bien hundidas en ese country folk crepitante, que con su segundo álbum, el hipnótico Cross The Verge, le ha encumbrado como una de las voces más internacionales de nuestra escena independiente, a pesar de su juventud: fichaje por la británica discográfica Loose Records, colaboraciones con Neil Halstead, Basia Bulat o Ryan Boldt, próximos conciertos en media Europa y en festivales tan prestigiosos como SXSW… No es para menos su éxito: una chica ¡de Vic! que conjuga como nadie y con brillantez sonido americana –con a, por favor-, poso alt-country, gotas de dream pop y hasta cierto barniz kraut.

Precio: 5,50 euros por sesión. Taquilla y www.tickectea.com

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