Johnny Cifuentes
Johnny Cifuentes - Juan Piedra
Música

Johnny «Burning»: «En 40 años he visto pasar infinidad de modas, y el indie es una más»

El mítico grupo despide en la sala But la gira que lo ha llevado este año por toda España presentando su disco en directo, «Vivo y Salvaje»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cuando Juan Antonio Cifuentes Laso se unió a cuatro compinches de La Elipa para montar un grupo para ligar, allá por 1974, ni de lejos imaginó que aún estaría dando guerra sobre los escenarios en el siglo XXI. Y mucho menos que seguiría en esto del rock como hombre casado y con hijos. Cuarenta y dos años después de aquel día, repasamos la trayectoria del grupo con el único miembro que queda del quinteto original, el incombustible, siempre cercano y amistoso, de vez en cuando juerguista, y melómano irredento Johnny «Burning».

Tras la publicación de «Pura Sangre» y del directo «Vivo y Salvaje», llega la hora de cerrar una etapa muy bonita en la historia de Burning, ¿no es así?

Tal cual lo estás diciendo, efectivamente. Ha sido un año en el que hemos celebrado cuatro décadas de carrera, que no es moco de pavo, y con cincuenta conciertos. Para terminar, nos reunimos con todos los «burnianos» en Malasaña, barrio de rock'n'roll donde los haya.

Bueno, en ese sentido ya no es lo que era...

No voy mucho, la verdad. Tengo mi bar (El Cocodrilo, en la calle Cebreros, 101, en el barrio de Lucero), donde tengo mi cerveza fresquita, pongo la música que me gusta, y allí estoy muy a gusto. Pero cuando voy a Malasaña voy a los míticos, como La Vía Láctea. Algunos mantienen el espíritu, pero sí, ya no es lo que era. Como todo en la vida. Menos los Rolling Stones y los Burning, todo cambia en esta vida, ¡jajajaja!

Si al Johnny del '74 le hubieran dicho que seguiría dando conciertos en 2016, ¿cuál hubiera sido su respuesta?

Jamás te planteas que pueda ocurrir. Yo empecé como una broma, berreando en mi casa, hasta que coincidí con cuatro pájaros más bajo el denominador común del rock'n'roll. Como siempre veíamos que los que más ligaban en los parques eran los tíos que iban con guitarras, quisimos hacer lo mismo. Y de pronto te vas dando cuenta de que te estás metiendo en un mundo que es en el que te gustaría seguir toda la vida. Si volviera a nacer volvería a hacer lo mismo, me ha dado muchas satisfacciones, he conocido a muchas personas maravillosas, entre ellos a mi mujer, he viajado, hemos publicado 17 discos... Me faltan dos o tres vidas para poder saborear esto más.

¿Cómo se sintió cuando le dijeron que podría grabar su primer single, «I'm Burning»?

Que significa «Soy un Burning» o «Estoy ardiendo»... Pues sitúate: año 1974, JJ, Gran Vía. Claro, es un sitio que ya no existe... Era una discoteca que había en los bajos del Palacio de la Prensa. Trajeron a un grupo de tías chinas que tocaban rock'n'roll para telonearnos. Es increíble que en aquella época viniera un grupo de China, que hiciera rock, y que encima fueran tías. En el público estaba un productor que se llama Gonzalo García Pelayo, que no hace falta que te explique quién es, y cuando terminamos viene a vernos al camerino. Estábamos quitándonos el maquillaje, porque en aquella época íbamos en plan Slade, T. Rex, etc... y cuando entra nos dice que si queremos grabar un single. No se puede explicar con palabras la sensación. Nos quedamos petrificados. Hay una foto del momento, que yo no la tengo... y ahí empezó toda la locura. Aquella noche lo celebramos muy bien y terminamos liándonos con las chinas, que era lo importante.

«La única vez que temblé un poco ante el futuro fue cuando tenía 29 o 30 años»

Ahora que lo dice, acabo de recordar que el fin de semana pasado hubo un festival de rock chino en la sala Live.

Para que veas, para que veas cómo son los chinos. Oye, hay que acostumbrarse a vivir con ellos, ¡jaja! Ahora vas a Cascorro, te pides una de caracoles, lo típico de toda la vida, y levantas la mirada y ves que quien los está sirviendo es un chino, y claro, dices: «Mmm.. déjalo, ponme la cañita y ya me lo pienso».

A partir del lanzamiento del single empieza la locura, como dices. Con el paso de los años, ¿cuándo sintió por primera vez que nunca podría dejar el rock'n'roll?

Nunca me he visto dejándolo, pero hay una fase en la vida, cuando tienes 29 o 30 años, en la que ya tienes a tu chica, en mi caso una familia, porque me moló lo de tener hijos, y sí empiezas a pensar en eso, en lo que tienes. Por eso, cuando gané algo de pasta, con la gira del '91, en la que sacamos un disco en directo, la ahorré y me pillé un local. Si el rock'n'roll me iba mal, el bar pagaría el colacao y el colegio de los babys. Eso fue lo único que me hizo dudar, temblar un poco. Pero una vez tienes las cosas claras, encuentras la forma de tirar para adelante. Porque tengo el veneno en la sangre. Ahora mismo me pillas en un descanso de los ensayos, y ya estoy escribiendo las canciones del próximo disco de Burning. Así que como ves, la maquinaria sigue.

Grabarán en 2017, entonces.

Esa es la idea, exacto. Hay toda una legión de «burnianos» que está deseando degustar nuevas canciones.

Es que «Pura Sangre» dejó muy buen sabor de boca.

Sí, por eso tengo el depósito bien cargado de gasolina. Cuando has acertado con las canciones, tienes un rollo positivo y la mano, la cabeza y el bolígrafo se conectan mejor y te salen muchas cosas, estás inspirado. Otras veces, cuando sacas un disco y no pasa nada con él, te inundan las dudas sobre qué hacer con lo próximo. Es lo que le ocurre a cualquier creador, hay que volver a levantarse después de cada hostia que te das, y seguir, seguir, seguir...

¿En los '70 tuvieron fans talibanes, de esos que no toleran que te hagas famoso?

Jamás nos ha ocurrido eso, los «burnianos» son gente que siempre nos ha deseado lo mejor. Además, date cuenta de que nosotros nunca hemos sido unos súperventas, ni hemos tenido números uno, ni hemos llenado estadios. Llevamos cuatro décadas pero seguimos teniendo la identidad de barrio, seguimos contando cosas que pueden ocurrirte en cualquier garito.

Cuando Toño se fue del grupo en 1982, se dijo que había ciertas tensiones en el grupo. ¿Era cierto?

Yo creo que malos rollos no hubo, quienes dicen eso creen que conocen la historia de Burning, pero en realidad no nos conocen demasiado bien. Lo que pasó es que los años nos pasaron factura y quiso hacer algo por su cuenta. En las bandas de rock pasa mucho, mira los discos en solitario de Keith Richards. Toño no llegó a hacer el álbum, no le dio tiempo. Estaba muy enfermo y murió cinco años después, como todo el mundo sabe.

¿Con la muerte de Pepe Risi no lo vieron negro en ningún momento? La prensa vaticinó el final del grupo enseguida.

Ni de coña, para nosotros Burning era algo que estaba por encima de nosotros mismos. Como chavales de barrio, queríamos construir un edificio que pudiera cobijar a todos los chavales del barrio que tenían el camino muy difícil para llegar al estrellato, incluyendo músicos, técnicos, fotógrafos, actores, etc. Sólo quedo yo de la formación original, pero ese espíritu sigue ahí.

Un periodista dijo una vez que Burning eran un desastre, unos juerguistas que cada vez que tenían el éxito al alcance, metían la pata y volvían al principio. Y el consejo que usted suele dar a las bandas jóvenes es: «no seais como nosotros». Pero en el fondo, eso sería como pedir a un rockero que actúe como un popero, ¿no?

¡Jaja! Creo que das en el clavo. Cuando eres joven y estás en un grupo de rock'n'roll, no te tienes que preocupar por las listas de ventas, o por salir en la tele. Sólo tienes que intentar hacer buenas canciones y tocarlas bien en directo. Nosotros hicimos la travesía del desierto, tocamos el cielo y nos abrazó el infierno, pero es que la vida es así. Nada es perfecto, hay que recibir las cosas como vienen sin esperar nada a cambio. Y sin convertirte en un esclavo, porque nosotros no somos churreros, en plan «venga, ahí va otra canción, y otra, y otra, y otra». Somos artistas que necesitan su inspiración, y hay que procurar ser independiente del éxito o de la falta de él.

Para terminar, ¿qué es lo que menos le gusta de la escena actual?

No me identifico con el rollo indie, yo prefiero gente con más sangre, sudor y lágrimas, porque eso luego se nota en los temas. Los del indie me dejan un poco frío. Pero bueno, es una moda más. En cuatro décadas he visto pasar infinidad de modas, y siempre digo lo mismo: los chavales que empiezan a tocar tienen derecho a equivocarse, por decirlo de alguna manera, y pienso que al final todos bailaremos rock'n'roll.

BURNING en la sala But: 22 de diciembre a las 20:30h. 20€ anticipada, 25€ taquilla.

Ver los comentarios