Ronaldinho vilvió a París, la ciudad en la que comenzó su carrera europea
Aunque ha sido en Barcelona donde se ha hecho un hueco entre los mejores,fue el PSG el que le abrió las puertas hacia el Balón de Oro
Actualizado:La historia de amor entre Ronaldinho y París vivió anoche un nuevo capítulo después de que el brasileño levantara el trofeo de campeón de Europa con el Barcelona, una gesta que tuvo como escenario la ciudad en la que comenzó la carrera europea del Balón de Oro de 2005.
Aunque ha sido en Barcelona donde se ha hecho un hueco entre los mejores jugadores del mundo, Ronaldinho no olvida que fue París la ciudad que le abrió las puertas de Europa y el París Saint-Germain el club que le trajo hasta el Viejo Continente.
En la capital francesa, además, recogió a finales del año pasado el Balón de Oro que le acreditaba como mejor jugador del continente el año pasado.
Procedente del Gremio de Porto Alegre, club con el que mantenía un litigio, Ronaldinho llegó al PSG en 2001, en medio de una gran expectación.
Nuevas costumbres, nuevos horarios, una forma diferente de entender el fútbol y un juego distinto del brasileño fueron los elementos con los que se encontró en jugador, que acababa de cumplir 21 años.
Una estrella en un mar de mediocridades
Con menos presión que en una de las grandes escuadras europeas, Ronaldinho encontró en el PSG el ambiente necesario para adaptarse poco a poco a Europa.
Aunque el club le presentaba a menudo como el mascarón de proa con el que pretendía reverdecer laureles y volver a la elite del fútbol europeo, Ronaldinho se encontró con un equipo plagado de mediocridades y que pronto se le quedó pequeño.
En dos temporadas no levantó ningún título y marcó sólo 17 goles en liga, demasiado poco para un jugador ambicioso.
Frecuentemente enfrentado con el entrenador del PSG Luis Fernández, que pretendía encorsetar su juego en un esquema rígido, Ronaldinho apenas tuvo ocasión de dejar asomar unas cuantas migajas de su enorme calidad.
Suficiente para que se fijaran en él algunos de los grandes clubes europeos, entre ellos el Barcelona, que salía de un traumático proceso electoral y precisaba de referentes en los que fundar una nueva etapa.
Ronaldinho se encontraba bien en París, pero incómodo en el PSG, por lo que no dudó en buscar la salida a la primera ocasión que se le presentó y dejó la capital francesa por Barcelona, donde pensó que su juego se adaptaba como un guante a la apuesta ofensiva azulgrana.