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Duelo de caballeros

Tanto Frank Rijkaard como Arsene Wenger se muestran cautos sobre las posibilidades de sus respectivos equipos y ambos elogian al rival

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Frank Rijkaard y Arsene Wenger podrían medirse en cualquier escenario bajo un halo de respeto mutuo incuestionable. Ambos son siempre muy cautos en sus declaraciones. Una actitud que ni la final de la Liga de Campeones iba a cambiar.

El técnico del Arsenal apareció con puntualidad británica a la rueda de prensa en una sala infectada de medios de comunicación ubicados en unas penosas condiciones. Wenger despachó más de media hora junto a Fredrik Ljunberg y Gilberto Silva. El entrenador francés conversó en inglés y en francés y respondió siempre tranquilo al alud de preguntas.

El entrenador del Barça llegó cinco minutos antes de las siete de la tarde. Puyol y Valdés habían pasado primero por la sala de prensa ya que los azulgrana entrenaban en el Stade de France a las siete en punto. Rijkaard departió con la prensa poco más de un cuarto de hora. El holandés, ataviado con pantalón corto y botas de fútbol, tenía más prisa por marcharse al entrenamiento que por atender a la prensa. No obstante, no evitó ninguna cuestión pese a que algunas rozaron la obviedad. Y demostró su habilidad con los idiomas. Rijkaard se expresó en castellano, inglés, francés e italiano y no lo hizo en holandés porque ninguno de sus compatriotas esbozó pregunta alguna.

Ninguno despejó las dudas que se ciernen sobre su once titular. Wenger no adelantó su pareja de centrales. «Senderos lleva tres semanas fuera del equipo y sólo tres días trabajando con el grupo. Es muy justo, así que ya veremos si juega él o Campbell», explicó. Rijkaard se sumó a la incertidumbre. «Daré la lista de los 18 convocados este mismo miércoles», espetó sin querer desvelar si Messi, que sólo lleva tres entrenamientos con sus compañeros, estará en la misma.

Tanto Rijkaard como Wenger dan prioridad a la labor de conjunto por encima de las individualidades. «No vamos a cambiarlo todo por un jugador», respondió el holandés cuando se le instó a valorar el nivel de Henry. «Es más importante la capacidad del equipo para defenderse que la de un jugador», dijo Wenger al valorar el marcaje de Eboué sobre Ronaldinho.

Dos técnicos. Dos equipos. Una misma actitud. Rijkaard y Wenger dieron una clase de caballerosidad justo un día antes de enfrentarse en la gran final de la Copa de Europa.