ENHORABUENA. Fernando Alonso es felicitado por el Rey Don Juan Carlos en el podio. / REUTERS
Polideportivo

Alonso reina en Montmeló

El asturiano dominó la carrera desde el comienzo y logró el triunfo ante su público Schumacher superó a Fisichella en los repostajes, pero no pudo con el líder

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El sábado consiguió la pole position, durante la carrera marcó la segunda vuelta rápida, y para rematar un fin de semana inolvidable, se hizo también con la victoria. Dos días memorables para Fernando Alonso, que se convierte en el primer piloto español que gana el Gran Premio de España, y lo hace en una fecha muy importante, en la que se celebra su 50º aniversario. Michael Schumacher no pudo con Fernando y se clasificó en la segunda posición, sin poder superarle, como ocurrió en las anteriores ocasiones durante las dos paradas en boxes. En el podio y junto a Fernando y Michael estuvo el compañero de equipo del español, Giancarlo Fisichella.

Renault y Alonso realizaron una estrategia perfecta. El sábado tras la brillante calificación que hizo el español, las dudas surgieron entre los dos equipos rivales: Renault y Ferrari. Los italianos pensaban que el monoplaza de Fernando iba muy descargado, lo mismo que el de Fisichella, y por eso sus rivales ocupaban la primera fila de la parrilla. Quedaba poco para despejar las dudas. Los dos pilotos hicieron una extraordinaria salida, con Michael y Massa ocupaban la segunda y tercera posición de la parrilla. El primer objetivo de la escudería Renault se había cumplido.

Por detrás, Raikkonen protagonizó una espectacular remontada al subir del 9º al 5º puesto, pero ahí se quedaron los fuegos de artificio de McLaren. El grupo de cabeza comenzó a distanciarse del resto, y sobre todo Fernando, que fue marcando vuelta tras vuelta las más rápidas de carrera, lo que le permitía separarse de Michael. Su estrategia estaba muy clara: alejarse lo más posible del alemán para que tras su primera parada en boxes, que presumiblemente iba a ser realizada con anterioridad, le permitiera salir por delante de él. Los neumáticos Michelin se comportaron a la perfección, la temperatura de la pista era de cerca de 40 grados, considerablemente superior a la del resto del fin de semana, y esto también ayudó a que Fernando se mantuviera con esa velocidad en pista.

Engaño de Ferrari

La tensión se vivía en las primeras posiciones, con los pilotos mejores del mundial, Alonso y Schumacher luchando por conseguir la primera posición. Fernando había dejado ya de marcar vueltas rápidas, y ambos rodaban marcando tiempos muy rápidos, de 1,17 minutos. Tanta era la tensión que se vivía, que Fisichella llegó a salirse de la pista en la curva 3, cuando le estaban hablando por radio. «En ese momento me dijeron algo por radio y perdí el control del coche», comentó el italiano, que aún así no perdió la tercera posición, dada la diferencia de prestaciones de los Renault respecto al resto.

Los pilotos se enfrentaban a la segunda parte de la carrera, y de nuevo Fernando sabía que tenía que tener a Michael lo más lejos posible de él. En algunos momentos el alemán llegó a acercársele a menos de 10 segundos, pero Fernando pisó de nuevo a fondo el acelerador para distanciarse, y eso que para el motor Renault esta era su segunda y última carrera, mientras que para el Ferrari suponía la primera y el tener que afrontar todavía el GP de Mónaco con el mismo propulsor.

Alonso continuaba apretando su máquina para afrontar el segundo repostaje, incluso marcó la vuelta rápida de carrera hasta ese momento (vuelta 39 en 1'16.723), justo una antes de entrar por segunda vez en su box y además la diferencia con respecto a Michael era en ese momento mayor que en la primera entrada, de más de 13 segundos.

Los mecánicos de Renault hicieron a la perfección su trabajo, 8,4 segundos invirtieron en la operación, y devolvieron al asturiano a pista por detrás de Michael y Fisichella. Repitiendo la estrategia anterior, su compañero entró una vuelta más tarde y Schumacher lo hizo seis después del español. Michael se colocó por delante de Fisichella y detrás de Alonso a más de 12 segundos. El tercer objetivo marcado por Renault se había cumplido, al igual que los dos anteriores, a la perfección, aunque Fisichella había cedido el segundo puesto.

Las últimas vueltas no dieron ninguna sorpresa, con Alonso distanciándose cada vez más de su rival, lo que le aseguraba el primer puesto. Y así fue como el asturiano cruzó la meta, haciendo eses y consiguiendo su undécima victoria en F1, la tercera de esta temporada, y sobre todo el hecho de haberlo conseguido en casa. «Ha sido una carrera perfecta y tenía muchas ganas de que fuera en casa», comentó Fernando tras bajarse del coche.

Undécima victoria

Alonso dio su última vuelta al trazado de Montmeló con los 131.200 espectadores que abarrotaban el trazado aclamándole. Todo era de color azul, el color de la bandera de Asturias y de su monoplaza. Cuando cruzó la meta, con todos sus mecánicos en el muro de boxes aclamándole, llegó a hacer un zig-zag, gracias a que Michael estaba lejos y no podría molestarle. Alonso se soltó los cinturones y casi se salía del coche para agradecer a los aficionados su apoyo. Después de la carrera saltó a la pista junto con sus mecánicos, enarbolando la bandera de España, arrojó la gorra a los espectadores que seguían aclamando al asturiano una hora después de la carrera. Era su gran día, el más emocionante de su carrera, según confesó después en la rueda de prensa. El rey Alonso sigue reinando cada vez con más holgura.