Cultura

El trompetista que bebió del Bronx

El neoyorkino Jerry González visita la provincia con dos actuaciones que combinarán la conga y el jazz latino

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Jazzista con vocación de rumbero, o viceversa. Jerry González es uno de los músicos más progresivos del jazz latino. De pequeño escuchaba a Cal Tjader, Louis Amstrong, Charlie Parker o Miles David. Creció con la música cubana y el jazz. Estudió trompeta cuando durante la secundaria, imitaba a Mongo Santamaría y practicó con los tambores en parques y azoteas. A partir de 1969 graba con influyentes músicos como George Bergson o Dizzy Gillespie. Además de sus intervenciones acompañado de la Fort Apache Band, desde el año 2000 Jerry González ha compuesto junto a Abbey Lincoln, Over the Years (Verve). En 2001 con Federico Lechner, A primera Vista y Diego Amador, El aire de lo puro. En 2002 aparece junto Diego El Cigala y colabora con su trabajo Corren tiempos de alegría. En 2003 Enrique Morente le apadrina con El pequeño reloj y, Mucho Corazón es el resultado de su encuentro con Martirio. En 2004 interviene en el trabajo de Paco de Lucía con Cositas Buenas. El resultado de esta cita con el flamenco es que Jerry se quedó en España - vive a saltos entre Nueva York, Puerto Rico y Madrid-.

Empezaron a tocar juntos por puro placer y de repente, surgieron cosas nuevas, sentimientos, entendimientos, reconocimientos y no tuvieron más remedio que grabar un disco.

Este neoyorkino nacido en el Bronx en 1949 visitará esta noche Sala Mucho Teatro en el Puerto de Santa María y mañana la Sala Fussion Art de Chiclana. La trompeta y congas de Jerry González estarán acompañadas por Javier Massó al piano, Alain Pérez a cargo del bajo eléctrico e Israel Suárez Piraña a la percusión.

El artista, ha profundizado en los orígenes cubanos de su música, apartándose así de la tendencia mayoritaria de las formaciones latinas de Nueva York, dedicadas principalmente a la salsa durante los años 70. De forma inevitable, su talento le llevó a formar su propia banda, a finales de esta década, la Ya yo Me Cure. Pero su verdadera valía afloró con Jerry González and de Fort Apache Band, un territorio de encuentro y mestizaje en el que las tradiciones latinas y el jazz se codean con absoluta normalidad. La banda se consolida con Moliendo Café en 1991.

Hombre curtido en la calle, luchador por los derechos de los hispanos, diletante que bien podríamos entroncar con la poesía oscura de los beatnik Jack Kerouac y William Burroughs, Jerry parece complacerse en sacar lustre a su fama de enfant terrible y no le escurre el bulto ni siquiera para contar sus experiencias con el LSD y la cocaína.