CÁDIZ

Haciendo el agosto en febrero

Los comercios que rodean el teatro Falla se preparan para quintuplicar su trabajo y sus beneficios gracias al concurso

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Están en un sitio preferente y lo saben. Los comercios que se ubican en las inmediaciones del teatro Falla llevan ya varios días abasteciéndose para afrontar el concurso dentro de sus negocios. Son muchas horas de trabajo y sacrificio, en las que además tienen que estar preparados para atender al aluvión de clientes que se acerca a sus locales «con bulla para entrar o regresar durante el descanso al Falla».

«Ayer no me dejaron casi nada con la erizada por eso hoy he traído mercancía de sobra», comentaba horas antes del inicio del concurso la dueña de la barraca Aridian, Mónica Trechera. Serán sus primeros carnavales al frente de este local de frutos secos, para los que augura una buena venta, dado el incremento experimentado en los preliminares de la gran fiesta y durante «los días en los que estuvieron las colas para comprar las entradas».

Hasta la pizzería Bella Italia han acudido también días atrás miembros de diversas agrupaciones al término de sus ensayos. El encargado de este negocio, Rafael Saltares, asegura que «aunque el carnaval es distinto cada año siempre somos los últimos que cerramos cada día». La comida italiana no para de salir de su cocina a diestro y siniestro y, en especial, «el día de la final para los domicilios».

Medio millar de bocatas

Los bocadillos de la plaza del Falla son mundialmente conocidos, sobre todo entre los aficionados al Carnaval.

Con chicharrones, calamares en su tinta, de atún en aceite o hamburguesa se convierten en una de las opciones más baratas, rápidas y exquisitas que llevarse a la boca antes de entrar en el teatro. José Luis Madueño, propietario de este local, sostiene que «el concurso debería de durar todo el año». Un deseo más que evidente, ya que sus pedidos de pan han pasado de las 120 unidades a las 500.

Los sandwiches de pollo o las hamburguesas son la especialidad del burguer '92', quien desde la calle Sacramento despacha continuamente «a agrupaciones que entran incluso disfrazados, a espectadores y vecinos que llegan en busca de comida rápida para tomársela en casa», explica el ayudante, Juan Carlos Núñez. Y tal es el revuelo que se forma en estas fechas que este gaditano recuerda cómo un año le robaron del local dos cuadros de los Beatles sin que se percatara del hecho hasta mucho después.

Algo similar le ocurrió a Adolfo Jiménez, encargado del bar Falla. «Una vez una chirigota, que escuchaba aquí el resultado de los premios, salió corriendo sin pagar porque quedaron los primeros. Ahora, que luego me pagaron porque fuí detrás a buscarlos», detalla. La ensaladilla rusa, las huevas o los filetitos, son las tapas que más sirve en estos días, así como en el bar Ducal son los pinchitos y montaditos. Sin olvidar la caña de lomo, el queso, el jamón, las tortillas o las conservas del bar y alimentación El Aljibe que, desde hace 45 años, es testigo de la vida que genera este concurso dentro y fuera de las tablas del teatro Falla.