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Bush acepta ante Merkel una solución diplomática al contencioso con Irán

La canciller alemana cuestiona las tácticas antiterroristas de EE UU y la Casa Blanca insiste en la utilidad de la cárcel de Guantánamo

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Angela Merkel hizo ayer - a menos de dos meses de su toma de posesión como la primera mujer al frente del Gobierno alemán- una demostración de equilibrio diplomático en la Casa Blanca en su intento de escenificar un nuevo capítulo de las relaciones germanas con Estados Unidos, sin ocultar diferencias e incluso críticas. La canciller germana coincidió con Bush en el gran peligro de proliferación nuclear que representa Irán, pero sin dejar de cuestionar algunas de las tácticas antiterroristas utilizadas por el gigante americano desde el 11-S.

Aprovechando el emergente consenso internacional para contener las ambiciones nucleares de la teocracia de Teherán y tras una larga reunión bilateral sin necesidad de traductores, tanto la canciller como el presidente conicidieron en la importancia de presentar una posición común frente a Irán y superar definitivamente el cisma trasatlántico provocado por el uso de la fuerza en Irak.

En su rueda de Prensa conjunta, el presidente Bush -apostando por una solución diplomática con el respaldo del mayor número posible de países en la ONU- indicó que a estas alturas «es lógico que Irán, que ha rechazado todas las aproximaciones diplomáticas, sea referido al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas». En su opinión, «el presidente de Irán ha dicho que la destrucción de Israel es una parte importante de su agenda, y eso es inaceptable. Y el desarrollo de un arma nuclear, me parece, que les acercaría hacia ese objetivo».

Merkel, por su parte, afirmó que «ciertamente no nos vamos a dejar intimidar por un país como Irán». Y al mismo tiempo dejó saber, con tacto, sus reproches sobre cuestiones como Guantánamo, afirmando la necesidad de encontrar, con ayuda de la ONU, un marco jurídico internacional para determinar la suerte de los detenidos acumulados por Estados Unidos durante los últimos cuatro años de lucha contra Al-Qaida.

Como parte de este equilibrio entre independencia y acercamiento a la Administración Bush, Merkel reconoció que «existen ocasiones en las que tenemos nuestras diferencias, y al respecto he mencionado al presidente la cuestión de Guantánamo». Ante el requerimiento de cerrar la criticada prisión dentro de la base militar que Estados Unidos mantiene Cuba, Bush insistió en que esas instalaciones extrajudiciales «son un parte necesaria para la protección del pueblo estadounidense».

El presidente Bush se declaró comprensivo ante las quejas de Merkel «porque existen algunas percepciones equivocadas sobre Guantánamo». Según el ocupante de la Casa Blanca, los varios centenares presos allí congregados reciben un tratamiento correcto y, en última instancia, los tribunales de Estados Unidos tendrán que decidir si estos reclusos son procesados o permanecen retenidos como «combatientes ilegales». Dejando clara su intención de continuar utilizando Guantánamo «mientras siga la guerra contra el terror y exista esa amenaza».

La de cal y la de arena

Dentro de esta mezcla de cal y arena en múltiples frentes, Angela Merkel también declaró que «a pesar del hecho de que no tenemos tropas desplegadas en Irak, la estabilidad de ese país nos interesa», poniendo como ejemplo la activa cooperación ofrecida por Alemania en materia de reconstrucción y entrenamiento de fuerzas locales de seguridad. George Bush, tras reconocer las grandes tensiones planteadas por Irak entre Washington y Berlín, reiteró este nuevo tono diplomático al insistir en que «a pesar de nuestros desacuerdos compartimos el deseo de que el pueblo iraquí viva en libertad».

Durante su estancia en Washington, Angela Merkel mantuvo un encuentro con destacados miembros del Congreso. Además de resaltar las relaciones culturales de Alemania con Estados Unidos. En contraste con las diferencias durante la etapa de Gerhard Schröder, la canciller alemana intenta aplicar el principio de que «un animado debate puede ser signo de amistad».