El primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, consolida su posición al frente del partido Kadima y del Gobierno hebreo con menos dificultades de las que se pronosticaron cuando Ariel Sharon sufrió un infarto cerebral el pasado miércoles. En las últimas horas, Olmert -que presidió ayer su primera reunión semanal del Gabinete Nacional- ha recibido el apoyo de un gran número de dirigentes de la nueva formación que consideran que es la persona adecuada para suceder al líder, que se debate entre la vida y la muerte en un hospital de Jerusalén, fundamentándose en que entre ambos había una gran sintonía política y una coincidencia de objetivos.