Cinco días, cinco muertes
Actualizado:Los datos relacionados con la violencia de género fueron actualidad en la última jornada de 2005 y también en el primer día del nuevo 2006, pero con sentidos contrapuestos. El año recién terminado ha arrojado un balance discretamente esperanzador de diez víctimas mortales menos por ese tipo de delito (62, frente a 72 en 2004), pero desde el día de Año Nuevo y hasta la noche de Reyes se han contabilizado cinco personas muertas, una de ellas varón, a mano de sus parejas o ex parejas. Estrenar 2006 con un fallecido por jornada, resulta desalentador y desgraciadamente puede ser premonitorio de las dificultades para frenar un fenómeno violento, ya socialmente insoportable en sus actuales dimensiones.
A estas alturas resulta redundante señalar lo apropiadas y positivas que han sido las medidas legislativas adoptadas en los últimos tiempos en torno a la violencia de género, lo que no obsta para entender que la mera vigencia de una norma no basta para impedir conductas delictivas y que nunca se dispondrá de medios policiales para asegurar las veinticuatro horas del día, todos los días del año, la seguridad de todas las mujeres amenazadas o el cumplimiento de las órdenes de alejamiento. Aunque poco más se puede esperar de la acción del estado en un problema como éste, es indispensable que los mecanismos de protección policial y judicial estén debidamente dotados del personal preciso para incrementar al máximo su eficacia. Además, se tiene que profundizar en el análisis del fenómeno desde una perspectiva, multidisciplinar y con la colaboración de diferentes administraciones, que aunque no va a dar con una fórmula mágica para acabar con la violencia en el ámbito de la vida doméstica, al menos sí puede orientar a las autoridades más implicadas.
Ante un balance como éste de cinco muertos en cinco días, la opinión pública debería recibir mensajes más tranquilizadores o innovadores que los expresados por el ministro de Justicia o la juez presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica, el primero animando a los ciudadanos a denunciar los casos de amenazas que conozcan en su entorno y la segunda lamentando lo mal que ha comenzando el año y reiterando que hay que acabar con esta lacra social.