Un empleado de la compañía de gas húngara revisa las conducciones del complejo de Vecses. / REUTERS
MUNDO

Rusia restablece el suministro de gas a Europa pero no garantiza que lo mantenga

Gazprom advierte de que si Ucrania lo sigue «robando» se resentirá el abastecimiento

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Resulta que el descenso en el suministro de gas ruso a Europa occidental, que llegó a provocar auténtico pánico ante la amenaza de un desabastecimiento generalizado, fue debido a que lo desvió Ucrania para compensar la cantidad de hidrocarburo turkmeno que Rusia debería haber dejado pasar a través de sus gaseoductos, pero decidió cortar. De momento, Gazprom, el monopolio energético ruso, ha conseguido restablecer el flujo de gas natural en el gaseoducto que atraviesa territorio ucraniano con destino a Europa. En Moscú, mientras tanto, se reanudaban las negociaciones con Kiev para tratar de zanjar la crisis.

Todos los países europeos que consumen gas ruso constataron ayer la normalización del suministro, que llegó a caer incluso un 40%, en el caso concreto de Hungría, después de que Rusia decidiera suspender el abastecimiento a Ucrania al no haberse alcanzado un acuerdo sobre los precios. La penuria de gas se ha subsanado gracias a los centenares de miles de metros cúbicos de gas suplementario que Gazprom inyectó en la tubería el lunes por la tarde.

Sin embargo, la gran compañía energética advirtió ayer que los problemas podrían reaparecer si Ucrania continúa «robando» gas. Alexánder Medvédev, vicepresidente de Gazprom, dijo que «si baja aún más la temperatura en los próximos días, es de suponer que continuará la apropiación ilegal de gas por parte de la ex república hasta niveles importantes». Medvédev señaló que, en tal caso, «Rusia podría verse impedida de hacer frente a esa situación», en cuyo caso, añadió el responsable de Gazprom, «rechazaríamos seguir compensando las pérdidas» a los clientes europeos.

Por eso, el primer ministro ruso, Mijaíl Fradkov, lanzó ayer un llamamiento a la Unión Europea para que presione a Ucrania con el objetivo de evitar que siga desviando gas y garantice el tránsito sin cortapisas. En un mensaje al canciller austriaco, Wolfgang Schüssel, cuyo país preside la UE el primer semestre de 2006, Fradkov pide que Europa utilice su influencia sobre Kiev para «hacer que regrese a la legalidad y cumpla sus compromisos internacionales de garantizar el tránsito regular de gas a través de su territorio». El portavoz de Gazprom, Serguéi Kupriánov, por su parte, dijo que la suma total de gas sustraído por Ucrania desde el día 1, cuando le fue cortado el abastecimiento, se eleva a 213,5 millones de metros cúbicos.

A este respecto, Nikolái Goncharuk, uno de los miembros de la dirección de la compañía de gas ucraniana, Naftogaz, respondió que su país «no ha robado ni un centímetro cúbico de gas ruso, hemos utilizado solamente el procedente de Turkmenistán, país con el que tenemos firmado un contrato para el suministro de 40.000 millones de metros cúbicos en el presente año». Pero el gas turkmeno llega a Ucrania por territorio ruso y Gazprom reconoció ayer, por boca de Kupriánov, que «no se ha podido hacer la entrega por que tenemos los gaseoductos asiáticos ocupados por el gas que le hemos comprado a Turkmenistán».

De manera que, al no llegar a Ucrania el gas turkmeno en situación crítica, las autoridades de Kiev decidieron tomar por su cuenta la cantidad equivalente que iba destinada a Europa occidental. El presidente Víctor Yushenko, y su primer ministro, Yuri Yejanúrov, ya advirtieron, que ante una situación de emergencia, como una bajada repentina de las temperaturas, echarían mano del gas que pasa por la tubería europea.

Desbarajuste

En consecuencia, mientras dure el conflicto ruso-ucraniano, la posibilidad de que Europa vuelva a sufrir un desbarajuste energético como el del lunes sigue abierta. La única esperanza es que Moscú y Kiev se pongan de acuerdo de una vez sobre las tarifas del gas. Ayer, precisamente, se reanudaron las conversaciones entre Gazprom y Naftogaz. Ucrania, que pagaba hasta ahora a Rusia 42 euros por cada mil metros cúbicos de gas, ha rechazado el precio de 194 euros, casi cinco veces superior, que pretendía imponer Gazprom.

La negociación se plantea muy difícil porque Kupriánov advirtió, sin precisar, de que no habrá concesiones en el precio aunque sí en otros apartados. El portavoz de Gazprom propuso que las conversaciones sean abiertas, en presencia de cámaras de televisión. También se reanudaron ayer, casi al mismo tiempo, las negociaciones con Moldavia, cuyos suministro de gas ruso fueron suspendidos el lunes.