Asociaciones y colectivos alertan del elevado índice de absentismo escolar

En determinadas barriadas de la ciudad es habitual ver a niños y jóvenes en horario lectivo en la calle dando vueltas o simplemente sentados frente a las puertas del centro. Es el caso del centro Josefa de los Reyes, situado en la zona de San Juan de Dios. Cuando le preguntas a los jóvenes por qué no están en clase, la respuesta es tan simple y apabullante como que «yo no voy al colegio». Una total falta de interés por las clases se desprende de sus palabras, y lo más grave, es que la mayoría de los casos sus padres no tienen ni idea que sus hijos, cuando salen por la mañana con la mochila a la espalda ni pisan las aulas, sino que directamente se quedan en la calle.

La asociación Renacer, junto a otros colectivos e incluso la asociación de vecinos de San Juan de Dios han denunciado que este hecho se está extendiendo, y que alcanza ya a un 25% del alumnado. El absentismo está a la orden del día. Según Miguel Zarzuela, portavoz del colectivo Renacer, la situación es muy preocupante, y más aún cuando se nota un continuo ascenso en las cifras. Se han dirigido al delegado municipal de Educación, Antonio Sánchez, para solicitarle una reunión y analizar este problema y buscarle soluciones.

Desde San Juan de Dios hasta San Joaquín, hay más de veinte barriadas, y es donde se concentra el mayor índice de absentismo escolar. «Pueden tener un futuro bastante deficiente, y es que los padres confían en sus hijos que están en edad de instituto cuando no saben que sus hijos no asisten a clase», señala Miguel Zarzuela.

Rosario Llamas es presidenta de la asociación de vecinos de San de Dios, y en la barriada ya es corriente ver a los chicos a las puertas del centro, «que ya no es sólo que ni acudan a clase, sino que encima se quedan frente al instituto e incordian a los alumnos que sí quieren atender en clase». Llamas asegura que antes no sucedía, sino que se debe a los nuevos sistemas escolares, «en los que el aprendizaje es demasiado acelerado y los profesores no ponen la atención suficiente a los alumnos».

Sin estudios ni trabajo

Rosario sabe bien de lo que habla porque lo ha vivido en sus propia familia con sus hijos, «y yo no he tenido ayuda de los profesores, de hecho ni siquiera me notificaron que mi hijo no asistía al instituto». Como madre, asegura que lo más grave es que los padres viven ajenos a este problema. Piden que las administraciones tomen cartas, e incluso que la policía de barrio sea la que controle, en cierto sentido a los alumnos que no están en clase. «Que no se vean en la calle sin estudios y sin trabajo, porque eso sólo puede acarrear problemas».