Vendimiar en Francia

La mayoría de los vendimiadores ocasionales provienen del sector agrario, aunque también hay camareros, profesores pendientes de destino, opositores, estudiantes y gente del sector de la construcción

Uno de los jóvenes que acuden a la vendimia en tierras francesas, concretamente en la localidad de Rivesaltes, al sur del país galo EFE
Álvaro Ybarra Pacheco

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Más de 35 años después de que la autonomía echara a andar diez mil andaluces, casi todos de pueblos de interior, acudirán puntualmente a Francia a finales de mes para trabajar en la vendimia. Las circunstancias políticas han cambiado mucho en estos años y Andalucía ha progresado en términos generales. Pero los inmigrantes de la recolección francesa siguen siendo en número prácticamente los mismos que a finales de los setenta. Si acaso han cambiado su perfil profesional. Los nietos de los jornaleros que emigraban entonces tienen ahora casi todos el graduado escolar, una fp o, incluso, una carrera universitaria. Sin embargo, su mayor grado de formación no les ha servido para escaparse de la maldición del desempleo, una asignatura pendiente que en los cerca ya de cuarenta años de autonomía Andalucía ha sido incapaz de aprobar.

La mayoría de los vendimiadores ocasionales provienen del sector agrario, aunque también hay camareros, profesores pendientes de destino, opositores, estudiantes y gente del sector de la construcción. Además de la falta de trabajo en sus comarcas, razón esgrimida por el setenta por ciento de los que se van, existe también otro factor cada vez más decisivo a la hora de enrolarse en una cuadrilla de recolectores, el salario. En Francia se paga casi el doble que en España, entre tres y cuatro euros más por hora, por hacer el mismo trabajo. Las rentas del trabajo en España, sobre todo en Andalucía y entre los jóvenes, no han superado aún la crisis, lo que está agrandando las diferencias en todos los órdenes entre ricos y pobres.

De estos asuntos de los emigrantes temporales, el paro y la brecha salarial apenas se va a hablar durante la larga campaña electoral que se avecina. Por eso aprovecho estos días ya del declive de agosto para romper una lanza por todos aquellos andaluces cuyas inquietudes y preocupaciones están más cerca del pan nuestro de cada día que de los avatares de la financiación autonómica. ¿Llegará algún día en que podamos decir que este año no hay mano de obra andaluza para la vendimia francesa?

@aybarrapacheco

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