El recuadro
Riapitá para Carlitos Fernández
Tenía el secreto de parar el tiempo, como los buenos toreros. Ayer se nos volvió a morir, con él, doña Concha Piquer
De haber vivido todavía El Pali, el que empernacado en su silla esperaba ante la puerta de su casa que pasara muerto un amigo, el Cristo de los Estudiantes, habría oído ayer aquella triste campanita de los muertos que en babuchas de paño y batín ...
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