Purgantes
En la composición de algunos ayuntamientos, para más de uno habrá sido como pasar por el aro de un purgante
Como tu madre te dijera saca la lengua y te la viera sucia, o le dijeras que tenías ganas de vomitar, te esperaba el espantoso escaparate de los purgantes, aquel horror, aquella barbaridad de los cincuenta y los sesenta. Los purgantes los vendían en las ...
Artículo solo para suscriptores
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete