La plaza es mía
La plaza es mía, dicen una y otra vez para que el mantracuaje en verdad indiscutible
Una luz finísima, tamizada por el filtro de los siglos, va dorando la piedra inerte que conforma el paisaje cubista de los pueblos que salpican la Toscana. Apenas hay turistas en este remanso de silencios que adormecen el aire. La tarde se queda suspendida en ...
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