PUNTADAS SIN HILO

Hyperloop

Muy cerca del tren futurista las constructoras tienen paradas las obras del tranvía de la Bahía por la inoperancia de la Junta

Manuel Contreras

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La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, sacó pecho ayer en la presentación en El Puerto de Santa María del Hyperloop, el tren supersónico fabricado por la empresa Hyperloop Transportation Technologies (HTT) que en el futuro circulará a 1.200 kilómetros por hora, uniendo Cádiz con Barcelona en unos sesenta minutos. Díaz se mostró orgullosa de que este «hito mundial» que revolucionará el transporte tenga también «acento andaluz» y muestre «el talento de una Andalucía puntera que rompe tópicos». La vinculación andaluza con el proyecto se produce a través de la empresa gaditana Carbures -una firma muy apoyada por la Junta y con escaso arraigo en el sector-, que desarrolla el prototipo del tubo por el que viajará el tren futurista.

La imagen de la presidenta de la Junta asegurando en El Puerto que el tren del futuro tendrá acento andaluz es una fotografía fidedigna de la gestión en la comunidad. El tren de cartón-piedra del que se bajó ayer Susana Díaz con una sonrisa radiante representa la Andalucía imparable, la de la Segunda Modernización y toda la farfolla publicitaria de la que tanto presume la administración. Los grandes logros de la Junta normalmente son proyecciones en un futuro idealizado en el que Andalucía será la vanguardia del progreso, la tecnología y no sé cuántas cosas más. Pero a pocos kilómetros del prototipo futurista del que presumía Díaz, la inoperante gestión de la administración andaluza provoca que las constructoras mantengan paradas desde antes del verano las obras del tren-tranvía de la Bahía de Cádiz, que debía unir Chiclana y San Fernando con una posterior ampliación hasta Cádiz. Una parálisis que amenaza con hacer perder los Fondos Feder con los que Bruselas financia el proyecto.

Señora presidenta, estaría muy bien ir algún día de Cadíz a Barcelona a mil kilómetros por hora en un tren «made in Andalucía», pero creo que la mayor parte de los andaluces nos conformaríamos de momento con poder ir de Chiclana a San Fernando en un trenecito ordinario, si quiere con sus silloncitos tapizados con el logo de la Junta y todo. O con utilizar el tranvía de Jaén, que lleva siete años construido y sin entrar en funcionamiento tras costar 120 millones de euros. O el de Vélez-Málaga, que costó 30 millones de euros y lleva parado desde 2012. Es bueno que un pueblo tenga sueños como el Hyperloop, pero sin que la ensoñación por un futuro incierto nos haga descuidar la realidad. También es aconsejable no olvidar que el camino para cumplir los sueños hay que recorrerlo pasito a pasito: para convertirnos realmente en la vanguardia tecnológica antes deberíamos mejorar la educación, bajar el paro, impulsar la creación de empresas, desarrollar un tejido productivo menos dependiente del sector público... La foto del Hyperloop de ayer es muy impactante, pero hasta que no recorramos ese camino no será más que un fuego artificial para desviar la atención de la triste realidad.

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