El coronel de los pavías

El coronel que inventó el «coronel» del Rinconcillo ya está allí honrado para la Historia de los Moyatosos de Sevilla

Antonio Burgos

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En Sevilla lo cursi siempre dio alipori. Sevilla nunca fue cursi y odió la cursilería. Pero ahora se está acursilando. Poniéndose relamidita y pretenciosa, ella que fue siempre tan recia y tan auténtica, quizá por campera. Eso, eso: Sevilla nunca fue cursi porque era una ciudad agraria, y tenía la sobriedad del campo. Los bares de Sevilla nunca eran cursis. Eran modernos o antiguos, limpios o guarros, pero nunca cursis. Y ahora Sevilla se ha llenado de bares cursis, de restaurantes cursis, con lámparas de Murano falsas y con imitaciones de Arzak verdaderas, platos cuadrados y camareros de luto riguroso, no sé, será por la muerte de Brillat Savarin o del Doctor Thebussem.

Por eso fue una delicia volver con unos amigos al auténtico y verdadero Rinconcillo de toda la vida, que han ampliado como restaurante en los pisos altos del histórico templo del moyate a cuyas madrugadas dedicó Manuel Barrios páginas antológicas. El Rinconcillo es la taberna en activo más antigua de Occidente. Dicen que es de 1670, pero yo creo que no. Debe de ser por lo menos trimilenaria, como Cádiz. Fijo que Julio César se puso allí morado de bacalati con tomati cuando vino a cercar Sevilla de muros y torres altas. Han reformado, restaurado y sacado de brillo El Rinconcillo, pero no lo han acursilado. Ni le han puesto lámparas de Murano. Las únicas lámparas del Rinconcillo siguen siendo las lámparas del aceite de las espinacas con garbanzos que te puedas echar en la solapa. Sigue todo igual, consolidado como lo más auténtico de Sevilla, con su azulejo de «Prohibido terminantemente el cante», con el agradecido recuerdo de los parroquianos a la montañesa familia Rueda que lo mantiene. Y lo han ampliado a los pisos altos, como restaurante. El de más auténtica cocina sevillana que imaginarse pueda. Sin cuento alguno. Sin platos cuadrados, sino ¡viva La Cartuja de Pickman! ¿Usted sabe lo que es en este tiempo de cretineces y tomaduras de pelo culinarias pedir una comanda a base de unos pavías absolutamente exquisitos y refinadísimos, las clásicas espinacas con garbanzos y una tortilla de jamón como para tocarle la Marcha Real? Cuando quieran convidar a alguien de fuera que quiera conocer la auténtica cocina sevillana, llévenlo a la verdad suprema del Rinconcillo. Donde, además, han entronizado al inventor del «coronel», la medida áurea del tinto con agua según Sevilla, marca de la casa: un vaso de agua lleno de tinto con agua. Según la leyenda, el «coronel» del Rinconcillo se llama así por un militar de esa graduación, diario feligrés devoto de su mostrador. Nada más verlo llegar, los camareros pedían: «El vaso del coronel». Y coronel se le quedó a aquel como púlpito lleno de Valdepeñas. Ahora, la familia Rueda le rinde allí público homenaje al I+D valdepeñero del coronel. Que, las cosas de Sevilla, del mismo modo que los seises no son seis, sino diez, no era coronel, sino teniente coronel. El coronel que inventó el «coronel» del Rinconcillo ya está allí honrado para la Historia de los Moyatosos de Sevilla, en su vera efigie fotográfica enmarcada en oro, con su uniforme, sus botas altas, sus espuelas, sus mostachos impresionantes y autoritarios, los dos huevos fritos de las divisas de su rango en la bocamanga de la guerrera. No era del Ejército, era de la Guardia Civil. Se llamaba don Ramón Cantos Maurín. Fue el teniente coronel que desde 1923 a 1927 mandó la Comandancia de la Guardia Civil que entonces estaba en la misma calle Gerona. Así que gracias al paladar de la familia Rueda, ya tenemos documentada y datada la autoría y origen del famoso coronel del Rinconcillo. Aunque yo creo que el coronel del coronel no mandaba en realidad Comandancia alguna en la calle Gerona. Lo que mandaba realmente en la calle Gerona, esquina a Alhóndiga, eran los crujientes y refinadísimos regimientos de soldaditos de Pavía del Rinconcillo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación