PÁSALO
Chiribiribí poropompom
María Isabel, la de la playa desierta y el mar bañándole los pies, ha cumplido 50 tacos
María Isabel, la de la playa desierta, la que el mar bañaba sus pies, acaba de cumplir cincuenta años. Medio almanaque para el siglo. Y ya no es la chiquita aquella que nos pintaban Los Payos, loca por tomar el sol y por jugar, con inocencia de misa de doce, al amor deslizado en la letra de una canción de la España del siglo pasado. Josele Moreno y Luis Moreno nos la crearon para que el mundo de la música le realizara 72 versiones en treinta idiomas diferentes. En la arena escribí tu nombre, luego yo lo borré, para que nadie pisara, tu nombre…Y María Isabel, con la vitalidad imparable de una juventud ya muy lejana, ponía a bailar a los jóvenes de los finales de los sesenta, haciéndoles vivir el sueño de lo que siempre, en todo lugar del mundo, sueña la juventud. La canción se le ocurrió a Josele tras una actuación en un cabaré de Barcelona, con los Payos de toda la vida, él, Luis Moreno (Alameda) y Eduardo Rodríguez (Triana), de regreso a Sevilla en un cuatro latas (Renault 4L) de los que tenían la marcha en el frontal, al lado del cuadro de mandos. Cualquier cosa era el cuadro de mando de un cuatro latas. Tenía menos recurso que una televisión local y el mismo reprís que la Cibeles. Pero te llevaba y traía a donde le propusieras. Josele aún continúa cobrando derechos de autor.
El lunes lo llamé para que felicitara a María Isabel. Y para interesarme por la vida de aquella chica que con la sencillez de una música muy pegadiza y una letra que no necesitaba traductor, llenó los espacios audiovisuales de entonces, desde los que presentaba un bigotudo Iñigo en TVE, hasta los reportajes del Nodo donde se anunciaba la llegada del turista cinco millones a Mallorca con la banda sonora del chiribiribí poropompom. Aquel pelotazo mundial fue versionado por José Feliciano, Nicola di Bari, Palito Ortega, Sergio Mendes, Sacha Distel, Formula V entre una infinidad de artistas. Y, en Brasil, el hijo del cerebro del asalto al tren de Glasgow, nacido seguramente al calor de una playa de Ipanema, la cantó para que la Sony vendiera tres millones de copias. Bien. María Isabel ya no es la que era. Por mucha fidelidad que guarde la banda sonora de su vida de unos recuerdos tan inocentes. Con toda la guasa del mundo, me cuenta Josele que la niña se perdió, tiró por la calle más oscura. Y hoy se ha teñido el pelo de morado, pega carteles de Podemos y está arreglando los papeles para irse a Suiza con una amiga que hizo en Barcelona y que en el Parlamento catalán le daba por comprobar si el desodorante la abandonaba, trabajándose el chivatazo del dedo bajo la axila. Lleva piercing en la nariz. Y tuvo una aventura con un jipi de Tarifa que la echó a perder para siempre obligándola a vender pulseras y a escuchar a Jimi Hendrix.
No obstante Josele la sigue queriendo con locura. Y acaba de hacer una versión con letra distinta de aquella María Isabel, acompañado de un dueto cubano llamado «Malecón el último». La versión va en un doble cd que acaba de lanzar al mercado con los 150 mejores chistes de El Pelotazo en Canal Sur, con la guasa del Yuyu, Fran Ronquillo, Luis Lara, Diego Benjumea, Andrés Martín, Fernando López… El cd lo ha titulado «Un viaje de risa». Y como ven en las historias de Josele hay, casi siempre, un coche de por medio. Ya sea para parir a María Isabel. Ya sea para reinventarla ahora, cincuenta años después, con el deseo que los automovilistas pongan una sonrisa en su boca, sobre todo si hay radares al acecho. Hoy es 28F. Y da la impresión de que María Isabel está igual de pasada que un día que, alguna vez, lo fue todo en Andalucía.
