Aquel agosto de 1519

Hace cinco siglos partió de Sevilla la Primera Vuelta al Mundo. ¿Estará la ciudad a la altura del Año Magallanes?

Eva Díaz Pérez

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Caía el sol de plomo del agosto de 1519 cuando partieron del puerto de Mulas cinco naves comandadas por Magallanes. Es un largo viaje hacia las islas de la Especiería, aunque el recorrido es incierto. Navegarán a ciegas por algunas cartografías marítimas que aún no se conocen. Tampoco saben que ese 10 de agosto se inicia una epopeya que cambiará la Historia del mundo. Sevilla como origen y como final de un viaje que supone el primer episodio de globalización. Cinco siglos después hay una pregunta que obsesiona: ¿Estará Sevilla a la altura del quinto centenario de la Primera Vuelta al Mundo?

Ya se adivinan furiosas batallas marinas para reivindicar el protagonismo en la historia del viaje. Y Sevilla debería tomar el timón de esta historia colectiva y plantar los astrolabios, brújulas y cartas de marear que se guardaban en San Telmo como prestigiosa Universidad de Mareantes.

No fue sólo una grandiosa aventura marina. Fue además la creación de la ruta comercial que uniría el mundo, la del galeón de Manila también llamada de la nao de la China o del navío de Acapulco. Esta travesía partía de Sevilla y confirmaba la importancia del imperio español al controlar una ruta comercial que recorría buena parte del mundo conocido. Un itinerario no sólo comercial y cultural sino también espiritual porque sirvió para la evangelización convirtiendo el Pacífico en un oceáno de tráfico de plata y frailes.

Ya que nos queda un año para la conmemoración abramos los memoriales para estar al día en esta gran historia. Y recordemos que fue el «San Pedro» el barco en el que Andrés de Urdaneta resolvió la forma de retornar a la Nueva España desde las islas del Poniente. Ese había sido el gran problema de Elcano en su accidentado regreso. Gracias a las corrientes marinas, el «San Pedro» cubrió la ruta del llamado tornaviaje .

A partir de entonces comienza la gran historia de la ruta del galeón de Manila. Qué espectáculo cuando llegaban a Sevilla las mercancías del otro lado del mundo: especias moluqueñas, lacados japoneses, porcelanas chinas o tinajas de Siam.

Aunque como todas las historias españolas tiene un triste epílogo. El último barco en recorrer la ruta fue el galeón «Magallanes» que arriba a Acapulco en 1813 coincidiendo con el movimiento insurgente en el sur novohispano. Ya nada quedaba del imperio en el que sucedían epopeyas como la de aquel verano de hace quinientos años. Ahora habrá que estar a la altura para contar esta gran historia como merece.

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